Uno de los aspectos candentes de la economía de Bolivia es el agrario, dentro del cual la cuestión de la tierra es de la máxima importancia. Sin embargo ese asunto, enseguida de ser embrollado hasta niveles irracionales por el régimen actual, así como por gobiernos anteriores, está en el olvido y relegado al último plano, determinando la prolongación de la causa que crea graves dificultades para el país.
Es más, la cuestión agraria con sus diversos aspectos está también condenada al olvido por los partidos políticos contemporáneos, en particular los que están participando en las elecciones nacionales que se realizarán próximamente. En efecto, pareciera que para ellos no existiese el problema agrario, pues ninguno hace la menor referencia al asunto, pese a la importancia que tiene en la vida del país.
Algunas tiendas políticas hacen alguna referencia lateral sobre la cuestión, pero la desvían a aspectos raciales, étnicos, técnicos y hasta religiosos, haciendo todo lo posible para alejarse al fondo del asunto, vale decir seguir manteniendo intocadas las estructuras agrarias y prolongando la existencia de relaciones de producción esclavistas y feudales, un régimen absurdo de tenencia de la tierra, un sistema impositivo incongruente, etc.
La cuestión agraria es de primera importancia en la economía de cualquier país e inclusive podría serlo más que la cuestión minera o petrolera, pues de tierra depende la vida de las ciudades, la actividad industrial e inclusive la estabilidad política del Estado. Sin embargo, pese a esa decisiva importancia, ningún organismo partidario hace la menor referencia al asunto, dejando ver, en esa forma, su desinterés por la vida de las poblaciones rurales y urbanas y de la misma Nación.
El abandono de la cuestión agraria por parte del partido de gobierno así como de los de oposición ha dejado al país en la indefensión, al extremo de que ya no tiene el carácter agrícola como en otros tiempos y, por tanto, determina que la población ya no tenga alimentos de origen interno para alimentarse y sea obligada a consumir productos extranjeros.
La actitud de indiferencia ante la cuestión de la tierra, en particular, y una vez que fue conducida a la ruina, ha determinado que en últimos veinte años nuestra población se urbanice hasta el 70 por ciento y se invierta la figura en forma dramática, con el agravante de que el medio rural se quede sin agricultores, no tengamos producción propia y vivamos de alimentos importados, fenómeno que estamos muy próximos a enfrentar, al igual que ocurre con países “revolucionarios” que no producen ni un grano y los pueblos viven del favor de naciones agrarias.
En todo caso, ni el partido oficialista ni los partidos de oposición tienen la menor idea sobre la cuestión agraria y todos ellos miran el asunto con indiferencia jupiteriana, condenando al país a un estado de crisis política permanente, ya que ésta se origina en la prolongación del problema agrario. En se sentido, sería recomendable que los partidos interesados en tomar en sus manos las riendas del Estado, hagan alguna manifestación al respecto, pues, de lo contrario, Bolivia seguirá viviendo en la vorágine de la pobreza y del desorden político.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |