El 2 de agosto de 2009, en Camiri del Chaco cruceño, con el Decreto Supremo 231 las Autonomías indígenas debían ser una realidad, con ella los indígenas podrían ejercer su derecho de votar/elegir bajo sus propias normas y procedimientos, pero al parecer fueron “engañados”. Ahora están obligados a “votar” con la actual Ley electoral, pero ¿quiénes los representan? Es una impostura que por fines proselitistas Evo continúe su retórica colonial de considerarse “indígena”. Como sea, si “consultara” a los indígenas se sorprendería por los “cuadros” (indígenas) competentes para el cambio. Pero Evo opta por candidatos neoliberales reciclados. ¿Por qué discrimina?, ¿acaso que las encuestas lo sitúan como “ganador” es una verdad de Perogrullo?
El marxismo de escritorio -oficial- no permitió coherencia ideológica, lo que influyó para que el indianismo (léase, mantener por la fuerza esquemas culturales atípicos con el cambio) se adscriba ideológicamente en Hegel, filósofo idealista cuya tesis es “la esencia del mundo no es la materia, si no el espíritu (simbólico)” que hace libres a los hombres. Es decir, para Hegel para fines de la nota, el indígena es libre aunque lleve cadenas. Es más, se eximió el método dialéctico, pilar fundamental del marxismo, y se optó por improvisar mega obras -propio de gobiernos desarrollistas (como el ex dictador Hugo Banzer)- que generó algún tipo de descontento.
En esta “década dorada”, a decir del Vice, se siguen enriqueciendo extrayendo los minerales (de territorios de indígenas de tierras altas) y el gas (de indígenas de tierras bajas). De hecho, el slogan: “Presidente indígena” ya no tiene “fuerza” política y es que el indianismo a lo largo de esta “década” eximió el método dialectico, con ella la verdad, el análisis crítico de categorías propuesta por el filósofo griego Platón en sus Diálogos, es decir que se eximio la discusión del papel histórico de los indígenas.
Es más, se desestimó a Aristóteles y con ello el análisis que identifica el rol del indígena (que vive en complemento con la naturaleza y no es sujeto de salario) como contrario al campesino (sujeto de las fuerzas productivas, pequeño burgués y por ello clase que explota la fuerza de trabajo de los indígenas). Por ello, ahora, en tiempos de campaña se insiste en “homologar” a indígenas y campesinos como “hermanos” espirituales.
En consecuencia, a lo largo de una década, el indianismo fue un gobierno que favoreció a los campesinos (corporativos): cocaleros, cooperativistas, transportistas, informales, etc. entonces, insistir en un “gobierno indígena” es impostura que ya no impacta como otrora. ¿Prueba? Los indígenas no tienen representantes/candidatos como connota la Constitución Política del Estado, no pueden ejercer su derecho de votar bajo sus propias normas y procedimientos autónomos, están obligados a “votar” con la actual Ley electoral del Tribunal Supremo Electoral por candidatos que no “conocen ni los representan”. Citando un solo ejemplo: los 500 MM $us del Fondo indígena, que salen del 5% del IDH, ¿a quién benefician? Si los indígenas tuvieran representación en la Asamblea Legislativa podrían preguntar qué pasa con ese fondo.
Por ello, en tiempos de campaña Hegel aconsejaría al indígena (ecológico) así: “Compañeros, no traten de librarse de la opresión material sino de la espiritual (laicismo), fomenten políticas simbólicas para ser libres (en espíritu)”. Entonces, espero que el “ganador” de las elecciones de octubre reflexione con los indígenas sobre el contexto plurinacional.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |