INTELIGENCIA EMOCIONAL
“Un hábito es la muestra de lo que somos en el hogar”
Los hábitos que tenemos, aparte de facilitarnos la vida, dicen mucho de lo que somos como personas en la intimidad del hogar.
Uno de los hábitos más nefastos que tiene cada ser humano es el desorden; las personas desordenadas tienen dificultades en todos los aspectos de la vida y, de hecho, se les hace bastante difícil adquirir una vida positiva, constructiva y progresista.
Cuando adquirimos la idea de colocar toda cosa que utilicemos en su sitio, adquirimos esa misma habilidad en el mundo de la mente, donde todas las cosas están archivadas y, cuando los recuerdos no pueden ser recuperados, se convierten en cargas molestas que sabotean e impiden el normal funcionamiento de la inteligencia individual de cada persona.
Todo lo que tenemos que hacer es aprender esta idea: “Todo cuanto utilizas, colócalo en su sitio y observa bien el lugar en que lo dejas”.
Cuando se comienza a aplicar esta pequeña idea, dejamos de botar nuestra ropa y comenzamos a colgarla antes de dormir; nuestros materiales de estudio dejan de estar por aquí y por allá y comienzan a tener un lugar propio, para permanecer en orden y así sucesivamente.
Una persona ordenada es también una persona que practica la limpieza tanto física como mental y es importante que así sea, pues nuestra mente también se ensucia con imágenes degradantes tan comunes en nuestros días.
Para limpiar la suciedad mental que haya podido filtrarse a nuestra mente, podemos utilizar “un borrador mental”, una goma imaginaria con la cual podamos ir borrando todas las imágenes sucias y degradantes que se hayan metido en nuestra mente, pues esas imágenes negativas son datos negativos que, de una u otra forma, nos producen infelicidad.
Es también necesario que sepamos que las imágenes negativas nos convierten en personas infelices; la técnica que se debe utilizar para transformar esas imágenes negativas en positivas es la siguiente: Se deben orientar las dos palmas de las manos hacia arriba; se debe decir: “Energía pura de Dios ven a mí (Gerald W. Loe, El Don de sanar).
Se debe contemplar la imagen negativa y percibir la emoción negativa que nos produce. A continuación proyectar con la mano izquierda la emoción opuesta a la imagen negativa hasta que esa condición se vuelva completamente positiva; ese proceso dura aproximadamente uno o dos minutos y cuando la imagen ya se ha vuelto positiva puedes dejarla como haya quedado y nada más.
Proponte querido amigo o querida amiga realizar este ejercicio con todas las imágenes negativas que te hacen sentir mal y notarás que, con el correr de los días, irá adquiriendo un poder, el poder de identificar una imagen negativa y de polarizar la misma, para restaurar tu menú de emociones positivas.
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