La discriminación a jubilados y rentistas que dieron tanto al país cuando estaban en servicio activo lastima la dignidad de los bolivianos, ya que entre todos los sectores sociales, son los únicos que no recibieron un reconocimiento económico, aunque son los más afectados por las difíciles condiciones de vida que soportan. Esta situación va en contra de los derechos humanos, que tanto se pregona respetar.
La Confederación Nacional de Jubilados con 195.000 afiliados y los rentistas que son aproximadamente 250.000 ciudadanos, constituyen una fuerza social considerable. Los representantes de esta entidad anteriormente conversaron con personeros del Gobierno, para conseguir un reajuste en el monto de jubilación y la concesión del doble aguinaldo que fue dado a muchos sectores sociales, inclusive a las FFAA y la Policía, a empleados estatales y asambleístas del Legislativo.
Pero lamentablemente la respuesta a dicha demanda fue una negativa, alegando que jubilados y rentistas son del sector pasivo, que no produce, desconociendo descaradamente los años de servicio activo y la producción anterior en pro de los intereses del país. Además se dijo que finalmente no se contaba con los fondos necesarios para los aumentos a jubilados. Ante el rechazo contundente del oficialismo, se organizó una marcha de protesta por la zona altiplánica, lo que alarmó al oficialismo, bloqueando su desplazamiento por ser de la tercera edad y prometiendo solucionar el problema, hasta desconcentrar la marcha.
En vista de que no se vislumbra una solución, la Confederación dio un plazo hasta el 10 de agosto para que el Gobierno considere el pedido de concesión de un Bono al Jubilado de 3.000 bolivianos, equivalente a dos salarios mínimos. Habiéndose cumplido el plazo, se considerará la aplicación de medidas de presión, para continuar la lucha, sin dejar de lado el pedido de doble aguinaldo, ya que el Gobierno anunció que se volverá a dar a fin de año otro doble aguinaldo, por haber posibilidades ciertas para financiar los fondos económicos necesarios.
Mientras tanto los rentistas, que no tienen jubilaciones, son los más sufridos y pobres del país, a pesar de que perciben la Renta Dignidad, que en gobiernos anteriores era llamada Bono Sol, que actualmente alcanza a un monto mísero de 250 bolivianos, que les sirve sólo para sobrevivir, ya que con ello pagan los servicios de luz y agua, alquiler y alimentación, que es la más magra, reducida a sólo una ración por día. Realmente están en una situación dramática y por eso la mayoría de la población boliviana se solidariza con ellos.
Por estas consideraciones, los medios oficiales deberían tener un principio de solidaridad, para aumentar la renta a 300 bolivianos y concederles un aguinaldo de 1.000 bolivianos, en vista de que actualmente por motivos electorales se les ofrece un aguinaldo de sólo 250 bolivianos, que es muy poco, ante el aumento del costo de vida actual.
La sociedad boliviana se siente condolida y exige un reconocimiento económico a los jubilados y rentistas del país para que no se los discrimine, ya que todos son bolivianos, con los mismos derechos y obligaciones.
El autor es Profesor Emérito de la UMSA.
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