En el libro Historia Colonial de Bolivia, el escritor Víctor Santa Cruz relata que fueron José Arroyo, Manuel José Cossío (apodado “Mazamorra”), Francisco Monterrey -entre otros- los que organizaron al día siguiente de la Revolución del 16 de Julio de 1809 en la ciudad de La Paz, la primera milicia del primer gobierno libre de América. Más tarde, el 22 de julio, fue posesionado Pedro Domingo Murillo como comandante con el grado de coronel. Esta milicia fue la primera que se organizó en suelo altoperuano.
Ahogada en sangre la Revolución de Julio en La Paz por las fuerzas de José Manuel de Goyeneche, a los dos años se continuó con la lucha independentista que duró cerca de 15 años. Antes de la llegada del Mariscal Antonio José de Sucre a la ciudad paceña, ésta fue ocupada el 29 de enero de 1825 por las fuerzas de José Miguel García Lanza, el bravo jefe guerrillero que comandaba a los “Aguerridos” con los que luchó en la Republiqueta Inquisivi Ayopaya. Sobre la base de esta milicia se constituyó la fuerza militar de la República de Bolívar, después Bolivia.
La milicia republicana ha tenido un papel importante en la historia de la Patria, defendiéndola de las ambiciones de nuestros vecinos, consolidando la independencia en la batalla de Ingavi, y dándonos buenos y malos gobernantes, destacando las figuras del Mariscal Andrés de Santa Cruz, constructor de la nacionalidad, Manuel Isidoro Belzu, precursor del nacionalismo y muchos héroes en las muchas batallas por la heredad nacional. También los gobiernos precursores de la Revolución Nacional, de Germán Busch y Gualberto Villarroel, ambos militares y combatientes de la Guerra del Chaco.
Son muchos los jefes y oficiales, así como subalternos y tropa conformada por el pueblo, que entregaron sus vidas y esfuerzos por la Patria, como otros la denigraron.
Los movimientos sociales son considerados en sociología como las organizaciones que buscan modificar una situación social por medio de su acción. En ciencia política se los conoce como Grupos de Presión y Grupos de Interés. Los primeros son organizaciones identificadas por los intereses comunes de sus miembros, en especial por la actividad económica que los une y, en consecuencia, “presionan” al poder político u otro poder, para conseguir u obtener algún beneficio común. Los segundos son también organizaciones que tienen intereses comunes, pero que no siempre presionan, pues suelen incrustarse en el poder político sin ser partidos políticos, para la obtención de algún beneficio corporativo, siendo el caso de los cooperativistas mineros, cocaleros, y otros que están en el actual gobierno del MAS. La teoría nos dice que cualquier organización social puede en un determinado momento convertirse en un grupo de presión o de interés.
El actual régimen de gobierno que está a la cabeza del país hace más de ocho años y pretende quedarse cinco más, en su conformación social es un conglomerado de movimientos sociales de todo orden, de tal manera que al igual que el corporativismo fascista, está representado en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
La diferencia entre partido político y grupo de presión, interés o movimiento social, está en que los primeros de alguna manera representan a las corrientes ideológicas y programáticas de parte de los ciudadanos del país, por eso se denominan partidos (parte); los grupos y movimientos sociales representan, cada uno, sus propios intereses corporativos. Así a las cooperativas mineras les interesa que se les dote de mayores y mejores áreas para su explotación; los cocaleros que quieren que se amplíe sus áreas de cultivo de coca; los choferes que les mantengan las condiciones en las que prestan sus deficientes servicios de transporte público, etc., y todos que se les imponga los menores impuestos o se les exima de los mismos, como cocaleros y cooperativas mineras.
El pasado 7 de agosto, en la “parada militar” efectuada en la sede de gobierno luego de 9 años, desfilaron los movimientos sociales que son el soporte político del actual régimen de gobierno, y las Fuerzas Armadas, en una clara demostración de cuáles son las fuerzas sociales que respaldan al régimen y que proyectarán el socialismo comunitario que postula. Lo notorio es que en esas organizaciones aparece la fuerza armada que no está al servicio de un gobierno en particular, sino al servicio de la Nación boliviana (hoy sólo Estado Plurinacional), y por mandato de la Constitución Política tiene la misión de defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, no delibera y como organismo institucional no realiza acción política alguna.
En consecuencia las declaraciones desafortunadas de algunos de sus comandantes, de identificarse plenamente con la ideología del socialismo marxista, y otras posturas, resultan inconstitucionales y contrarias a sus normas y reglamentos.
Las Fuerzas Armadas de la Nación boliviana son de la Patria y no uno más de los movimientos sociales, ya que cada no tiene intereses particulares.
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