“Con la iglesia hemos topado, Sancho”

Es una tarea difícil, pero no imposible, hablar de don Quijote de la Mancha con una cholita nacida en Quillacollo, pero lo hice a raíz del pronunciamiento de los Obispos de la Iglesia Católica en contra del actual Gobierno por irregularidades pre electorales.

Al conocer dicho texto que me fue leído por mi pariente espiritual, no pude menos que abalanzarme de gozo sobre mi socia periodística lanzando mi grito de Mariscal de “!ay - ay - hayyyyyyy!”, desatarle sus negras trenzas, bañarla en mistura y cubrirla con serpentinas, que es lo que hago siempre que recibo una noticia que me alegra.

Cuando Macacha se repuso de mi inesperado ataque de felicidad, me sentó en una silla y me pidió que me serenase y que habláramos como dos personas inteligentes y razonables.

Sentados frente a frente, pregunté a la cholita si había leído la obra de Cervantes “El Quijote de la Mancha” y ella abriendo sus ojos “chaskañawis” desmesuradamente me contestó que no conocía a ningún don Quijote ni tampoco a ningún Chisote porque en su pueblo de Quillacollo todos eran muy machos.

Le expliqué con dulzura y en pocas palabras la sabiduría que emanaba de ese personaje y sus andanzas caballerescas acompañado de su fiel escudero llamado Sancho Panza, nombre que hizo sonreír a mi comadre.

Abreviando mi relato, dije a mi comadre que una vez el Caballero dijo a su sirviente, reconociendo el poder de la Iglesia Católica: “Con la Iglesia hemos topado, Sancho”, como diciéndole que la Iglesia es invencible.

La inteligente cochabambina comprendió el mensaje y me dijo: “ahora entiendo su entusiasmo, compadrituy, pues después de leerle el documento que emitieron los Obispos de Bolivia, sabemos que los católicos como usted y yo no estábamos equivocados al denunciar que las elecciones de octubre ya están preparadas por las autoridades actuales, que éstas gastan en sus campañas dineros estatales y del pueblo, todo para conseguir la perpetuidad de Evo Morales en el Poder.

Feliz por haber sido comprendido por mi comadre cholita, le pedí licencia para cortar nuestro diálogo, pues yo debía asistir a una importante reunión eclesiástica, lo que despertó su curiosidad preguntándome de qué reunión se trataba. Tuve que desvelarle mi secreto y le conté que se trataba de una Cumbre Ampliada de Sacristanes, entidad a la que me honro en pertenecer, y allí me dirigí, dejando desolada a mi comadre, que torció mi voluntad al recordarme mi ancianidad y mi cuasi ceguera.

De esa manera, llegamos juntos a la Iglesia Catedral, donde se nos entregó a todos los sacristanes copias del documento de los Obispos de Bolivia con la denuncia de elecciones fraguadas y el derroche de fondos estatales. Al salir de la Catedral dije a mi comadritay: Ya lo saben todos: “Con la Iglesia hemos topado, Sancho”.

Y partimos montados no en mi caballo Rocinante, sino en mi motocicleta Harley Davidson.