El fin del sueño de Bolívar

Frustrada la ilusión de ver una América Unida, las ambiciones de nacionalismo y por ciertos odios y rencores personales, más sus enfermedades, la pena y el fracaso enviaron al Libertador Simón Bolívar al destierro y a la tumba.

En Caracas, después de dictar Bolívar su decreto de amnistía general, más dirigido al Gral. José Antonio Páez, quien clamaba por una separación de Venezuela de la Gran Colombia, llegaron noticias de la rebelión en Lima de la Tercera División colombiana, compuesta por los batallones Refles, Vencedor, Caracas y Araure, más el cuarto escuadrón de los Húsares de Ayacucho, en la madrugada del 26 de enero de 1827, bajo el mando del Teniente Coronel José Bustamante, tomando preso a su Gral. Jacinto Lara.

Junto a este levantamiento, los notables de Lima, en contra de la Constitución Boliviana, solicitaron al Presidente Andrés de Santa Cruz que se convoque a un Congreso Extraordinario, a fin de aprobar una nueva Constitución Peruana, designando Presidente y Vicepresidente.

Bustamante estuvo apoyado por Santa Cruz. Las autoridades peruanas renunciaron y Santa Cruz nombró un nuevo gabinete, solicitando a Bogotá un General que se hiciese cargo del retiro de la Tercera División Colombiana.

Francisco de Paula Santander, Vicepresidente, interpretó la sublevación como un severo golpe al prestigio del Libertador, enviando de inmediato al Gral. Antonio Obando, en doble actitud hacia el Gral. Bolívar.

El 19 de marzo de 1827, Bolívar escribió al Vicepresidente, ordenándole que no le escriba más, pero Santander continuaba halagándolo.

Bustamante fue ascendido a Coronel efectivo, y los oficiales colombianos a un grado superior. La Tercera División desembarcó en Guayaquil, a fin de apoderarse de los tres departamentos del sur de la Gran Colombia.

Bustamante se apoderó de Loja y luego Cuenca, anunciando el retiro de las autoridades constituidas, protestando el retiro de la Gran Colombia y su anexión a la República Peruana.

En Guayaquil el General peruano José de La Mar fue designado por un cabildo como jefe militar y civil. Sin embargo se encontraba a cargo del Ecuador el Gral. colombiano Juan José Flores, quien, sublevando a los oficiales de Bustamante, lo tomó preso.

La Tercera División se puso al mando del Gral. Flores, pese a esto la situación del sur de la Gran Colombia no podía ser más caótica.

El 5 de julio el Libertador fue a Bogotá, allá la prensa lo atacó, y se reunió una Convención en Ocaña, donde los políticos repudiaron a Bolívar, quien pese a su organismo enfermo se declaró dictador el 27 de agosto de 1828.

Pero tenía enemigos poderosos, como Santander, Córdova, Mariño, Obando. “¿Qué haré con mis generales conspiradores?”, decía el Libertador.

Y comenzaron los atentados contra la vida del Libertador, el primero, en un baile conmemorando la batalla de Boyacá, el segundo cuando una turba en Bogotá tomó el palacio de Gobierno, asesinando a la Guardia, al Edecán del Libertador, Cnel. Guillermo Fergusson y al Cnel. José Bolívar. En ambos atentados Bolívar fue salvado gracias a la serena actitud de Manuelita Sáenz.

Luego ocurrieron los graves atentados contra el Mariscal Antonio José de Sucre, el ignominioso tratado de Piquiza, el retiro del Mariscal de Bolivia, llegando a Quito el 30 de septiembre de 1828; la invasión peruana al mando de Agustín Gamarra a territorio boliviano.

Bolívar llegó a la conclusión de que era inevitable la guerra con el Perú, y llamó al Mariscal Sucre para comandar el ejército colombiano que derrotó en Tarqui a los generales La Mar y Gamarra, humillando a éste último, quien fuera el autor del motín de Chuquisaca y del tratado de Piquiza.

Pero la situación en Bogotá no podía ser más desesperante. Bolívar llamó a un Congreso; Venezuela no aceptaba sino la separación de la Gran Colombia, bajo el mando del Gral. Páez. Bolívar en esas condiciones renunció a la presidencia a fin de evitar el desmoronamiento de la Gran Colombia; sin embargo su Gral. Juan José Flores declaró al Ecuador independiente. Era el fin; más tarde asesinarán al benigno Sucre, y Bolívar iniciaría su Vía Crucis rumbo al destierro y a la muerte.

Sociedad Bolivariana de Bolivia.

Fundada en 1936.