Se espera utilizar en píldoras como tratamiento
La investigación identifica un grupo de bacterias que puede ser importante en la protección frente a enfermedades prevalentes.
Un equipo de expertos de la Universidad de Chicago demostró que un determinado grupo de bacterias, los llamados clostridios, pueden bloquear la alergia al maní en el caso de los ratones. Un descubrimiento, según estos, “muy emocionante”.
Ahora los investigadores esperan poder emplear estos microorganismos en píldoras o replicar sus efectos por medio de un fármaco, con el fin de tratar estados alérgicos en humanos.
Por cada célula del cuerpo humano, viven en éste diez bacterias.
En vista de la cantidad, hay una escuela de pensamiento emergente que sugiere que estos microbios están haciendo que aumente la población con alergias en el mundo.
Pero también existe otra que aboga por utilizar a estos microorganismos para tratar dichos fenómenos.
EXPERIMENTOS CON RATONES
El grupo de investigadores llevó a cabo experimentos con ratones criados en entornos perfectamente estériles y sin bacterias en sus intestinos.
Estos roedores mostraban una fuerte respuesta inmune ante los cacahuetes, como muchos humanos, para los que la alergia a estos frutos puede ser mortal.
Después comprobaron si infectar con bacterias el tracto digestivo de los ratones tenía algún efecto.
Y resultó que sí. Los estudiosos vieron cómo un grupo concreto de estos microorganismos, los clostridios, podían prevenir la reacción alérgica.
“El primer paso de un alérgeno es acceder a la corriente sanguínea”, explicó a la BBC Cathryn Nagler, la investigadora que dirigió el estudio. “Lo que hacen los clostridios es evitar que estas sustancias se introduzcan en el flujo de sangre”, antes de que puedan sensibilizar el organismo para la aparición de las alergias.
“Los clostridios suelen estar íntimamente vinculados a la mucosa intestinal. Forman esporas y son móviles, lo que hace que sea complicado trabajar con ellos. Pero también soy muy estables, por lo que podrían ser buenos candidatos para ser utilizados en píldoras”, añadió.
Otra opción que están barajando los investigadores es producir un medicamento que genere el mismo efecto que estas bacterias.
Se espera que estos fármacos ayuden en terapias de desensibilización, que implican dar a la gente de forma regular pequeñas dosis de la sustancia que les provoca la reacción alérgica, hasta que el sistema inmunológico se acostumbre a ella.
Investigaciones anteriores han señalado la posible utilidad de los microbios que habitan en el cuerpo humano para tratar enfermedades varias, desde la obesidad hasta el autismo.
En esa línea, la doctora Nagler insistió en que no debe sorprender la dimesión del efecto que estas bacterias, hongos y virus pueden tener en el cuerpo.
“Hemos evolucionado junto con nuestros microbios, así que tienen un enorme impacto en nuestra salud”, dijo la experta.
“Y si ahora tienen una influencia negativa es porque los hemos alterado con antibióticos, una dieta alta en grasas y cesáreas”, advirtió.
Al preguntarle sobre los resultados del estudio, el profesor Colin Hill, un microbiólogo de la Universidad de Cork, en Irlanda, dijo a la BBC: “Esto es realmente interesante.
“El estudio hace que las teorías sobre el papel de los microorganismos frente a la prevención de enfermedades tengan una mucho mayor base científica. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los ratones libres de gérmenes están muy lejos de los seres humanos”, matizó.
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