Tarifas en Cotel

Las operadoras en telecomunicaciones acostumbradas al permanente cambio tecnológico se vienen encontrando con un acelerado proceso de transformación que las está obligando a replantearse bases de supervivencia para mantenerse en el mercado. Entre los aspectos que inciden en la transformación del sector, al margen de cambio tecnológico, está el cambio tarifario.

Los sistemas tarifarios presentan un devenir histórico. Las experiencias internacionales también se están dando en Bolivia en mercado abierto.

Durante la mal llamada capitalización las tarifas eran las más caras del mundo y merecieron revisiones constantes de las estructuras tarifarias locales nacionales e internacionales.

Actualmente han variado las condiciones de prestación de servicios. Algunos criterios que deberían ser tomados en cuenta por los actuales ejecutivos de Cotel, son de aplicación universal:

1.- Las tarifas deben ser flexibles. 2.- Debe haber fórmulas aplicables diferenciando clientes y hacer posible los planteamientos estratégicos para el desarrollo de nuevos servicios. 3.- Se debe generar recursos propios suficientes para afrontar la dinámica en las inversiones. 4.- Las tarifas deben ser asequibles a todos los tejidos sociales y económicos 5.- Eliminar subvenciones cruzadas entre servicios. 6.- Estudiar subvenciones cruzadas entre clientes. 7.- Sistemas tecnológicos modernos tienden a rebajar sus tarifarios por ser más simples en operación y mantenimiento.

No es sencillo determinar una política tarifaria, ya que los servicios de las telecomunicaciones están dentro de la dinámica con que se desenvuelve su desarrollo tecnológico y la profunda penetración en todos ámbitos de la sociedad, generando grandes necesidades. Las personas en general están acentuando sus exigencias de comunicación e información entre sí y las empresas basan sus procesos de actividad en comunicaciones fiables y ágiles, que hoy son imprescindibles para sus objetivos.

El cambio de sistema de comercialización, el desarrollo tecnológico y la constante expansión del sector con la presencia de nuevos servicios están dando lugar a modificaciones sustanciales en la política tarifaria , ya no se da importancia al factor distancia, sino al tiempo de utilización. Con objeto de mantenerse en el mercado las empresas hacen promociones interesantes, aunque ocasionan problemas de orden técnico por efecto del incremento de tráfico, como en telefonía celular.

Se debe tomar en cuenta que en la fijación de tarifas se baraja aspectos económicos financieros indispensables para el operador y también puntos de vista sociales políticos y macroeconómicos.

Sería interesante comparar la situación de tarifas en Bolivia en el contexto de los países de nuestro entorno y ver en qué posición está ella situada.

Expusimos criterios básicos, ya que una Política de Tarifas merece un amplio debate y conocimiento especializado. Pero, lamentablemente, los ejecutivos de Cotel parece que sin convicción han determinado el alza de tarifas.

La determinaciones de administradores de la telefónica no tiene respaldo y nos están obligando a los socios a rechazar la decisión inconsulta, ya que parecería que quiere cargar sobre los usuarios la crisis económica en la que se debate, sin haber tomado acción alguna con anteriores administraciones que dieron lugar al colapso económico.

Han pasado más de nueve meses desde que nuevos administradores asumieron la conducción de Cotel y no se tiene visos de solucionar la crisis institucional.

El manejo técnico administrativo de empresas de telecomunicaciones tiene que sujetarse a estudios de elevado conocimiento por parte de profesionales calificados y competentes que definan un precio regulado, aplicado a los principales servicios.

Los esquemas tarifarios por razones históricas contienen importantes desajustes. Lo importante es saber cuáles son esos desajustes y cómo corregirlos.

Los términos son claros, los precios de los servicios de telecomunicaciones tienen que estar de acuerdo con los costos de producción, asegurando el desarrollo de los servicios o sea la capacidad de las inversiones, es decir los aspectos cuantitativos y el cambio cualitativo.