Los valores y la educación

La pérdida de valores en nuestra sociedad es patética y cada vez más preocupante. Día que pasa se conoce hechos reñidos con la moral y las buenas costumbres que, hasta algunos años atrás, no se daban en nuestra sociedad. Las causas son muchas, pero se puede identificar algunas principales: el narcotráfico que llegó hasta los centros educativos; la posible existencia de cárteles en nuestro territorio, que ocasionan los ajustes de cuentas; el expendio indiscriminado y consumo de bebidas alcohólicas en vías públicas; la venta libre de películas con alto contenido de violencia y sexo, en las calles de ciudades; telenovelas de corte agresivo y eróticas, etc., que tienen como resultado el maltrato y abuso contra mujeres y niños en hogares, cada vez más frecuentes, llevando hasta el feminicidio e infanticidio.

Se dice que la educación empieza en casa, pero la realidad nos muestra a diario la violencia en los propios hogares. ¿Qué está pasando con nuestra sociedad?, ¿está enferma?

El problema es profundo y multifactorial, tiene muchos componentes; pero sobre todo tiene que ver con la educación de nuestra población. No hay una política educativa que permita rescatar los valores humanos perdidos, desde la escuela, entendiendo que la educación tiene una influencia directa sobre el comportamiento de la sociedad, porque es la base fundamental de cualquier sociedad civilizada y la coexistencia humana de los pueblos. Por todo ello, se puede afirmar que en nuestro país está fallando la educación. Hoy los centros educativos parecen haber perdido su rol principal, que es educar, formar y orientar a la niñez y la juventud; ahora estas instituciones parecen más de “instrucción” que de “educación”, entendiendo que la “educación” no viene sola, sino siempre junto a otro elemento que es la “instrucción”; entonces es importante observar cuál es la calidad de educación que se está impartiendo en nuestras escuelas, colegios y universidades.

Hoy la educación y la sociedad están atravesando por una profunda crisis como efecto de los cambios que se han venido dando por el vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología en el mundo, como con Internet, las redes sociales, etc., que imponen un nuevo modelo globalizado, dando lugar a profundos desajustes en el sistema educativo, que vinieron a afectar al comportamiento de la sociedad.

Según el diccionario pedagógico educar significa “criar, guiar, conducir, alimentar al niño...”; una reciente definición dice que es el “proceso por el cual se da conocimientos, valores y costumbres para la vida”. Para quien escribe esta nota, la educación es “la formación integral de la persona, tanto física, intelectual y culturalmente, para la vida”.

Algunos estudiosos contemporáneos opinan que la educación empieza en el vientre materno, desde la gestación del bebé. Al respecto, el doctor Boris Brott dice que “la educación comienza desde el momento mismo de la concepción...”, “el bebé empieza a absorber las costumbres, estilo de vida, reacciones y sentimientos que la madre vive”. El filósofo suizo Juan Jacobo Rousseau, que vivió a mediados del Siglo XVIII, dijo que “para que un pueblo sea educado, la mujer debe recibir la mejor educación”. A más de 300 años, lo que dijo Rousseau parece tener plena vigencia, porque los países más desarrollados del mundo, precisamente tienen su población mejor y muy bien “formada” y “educada”.

Las circunstancias actuales, como la denominada reivindicación de la mujer y la apertura del mercado laboral para ellas, no permiten que la mujer de hoy se quede en casa al cuidado de sus hijos. En este sentido, el Estado, a través de la reforma educativa, debería implementar políticas dirigidas hacia la mujer para su adecuada formación y educación, porque ellas guiarán y alimentarán a sus hijos, desde su vientre, hasta la niñez y su escolaridad.