Ha existido gran entusiasmo entre las cien o más agrupaciones marxistas que se reunieron en La Paz, a fines del mes pasado, con motivo de celebrarse el XX Foro de San Paulo. El resultado, como no podía ser de otra manera, resaltó el gran avance del socialismo en Latinoamérica, tema de dudosa consistencia si se observa serenamente lo que está ocurriendo en la región.
El Foro de San Paulo fue inspirado, principalmente, por Lula y Fidel Castro, aunque hubieran algunos otros líderes menores que lo empujaron. Se constituyó cuando la izquierda era barrida por las tendencias “neoliberales” o simplemente por las presuntas corrientes de la derecha. A partir de los años 90 se fueron imponiendo electoralmente las agrupaciones de corte marxista, pero, pese al frenesí que han demostrado en La Paz, está claro que los partidos componentes del Foro no atraviesan por su mejor momento y que los gobiernos que lo conforman pueden perder el poder.
Con excepción de las elecciones del 12 de octubre próximo, donde en Bolivia la re-reelección de S.E. es segura por descarada, la suerte de los mandatarios de la izquierda en Brasil y Uruguay, que quieren repetir el plato, se ha tornado adversa. Dilma Rousseff ha encontrado la suela de su zapato en Marina da Silva para el 5 de octubre, y a Tabaré Vásquez le han aparecido, súbitamente, jóvenes líderes conservadores que lo preocupan para las elecciones del 26. Esto afectará al Foro de San Paulo, más aún si se toma en cuenta que la señora Kirchner no será candidata en Argentina y que el señor Maduro tira patadas de ahogado en el mayor de los descréditos, desde hace un año, en Venezuela.
Como en el caso venezolano, dirán que Argentina está siendo debilitada por EEUU. Al “imperio” se lo culpa majaderamente de todos los males sucedidos en Venezuela, lo que no convence a nadie. El gobierno de Caracas es sencillamente inepto, sin miras, sin proyectos y se ha acostumbrado al gasto en vez de la producción. Bolivia está tratando de imitarlo, por desgracia. En cuanto a Argentina, de su mal momento no se puede culpar sino a su propia administración. Es un país maravilloso y rico que, pese a ser una nación pujante e industrializada en comparación con otras naciones del área, está dependiendo principalmente de la soya como Bolivia vive del gas.
En una celebración entre compadres es natural que sólo se aplauda bondades (no es costumbre la autocrítica) y anuncios de nuevas victorias. No obstante los triunfos del último tiempo han sido muy pobres entre los miembros del Foro de San Paulo. Un éxito electoral en El Salvador y, digamos, la consolidación del sandinismo en Nicaragua. Y luego, siendo muy generosos, un progreso de la izquierda en Costa Rica. Después, el triunfo de Bachelet en Chile, pero de una presidenta que no está dispuesta a dejar los intereses permanentes de su país por quimeras.
El Foro está decidido a seguir alentando agrupaciones regionales como Unasur, Celac, el Alba, Petrocaribe y el Caricom, donde participan muchas naciones latinoamericanas sin presencia de EEUU, como es la intención. Además se está contaminando políticamente al errante Mercosur ante la increíble pasividad de Brasil y Argentina o bajo su influjo. De otra parte, el Foro ve con muy malos ojos la Alianza del Pacífico entre México, Colombia, Perú y Chile y el expresivo Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica de México, Chile y Perú, acuerdos ambos donde Bolivia debería estar presente en vez de continuar extraviada en pactos con democracias dictatoriales e islas turísticas del Caribe.
La reunión del foro de San Paulo en La Paz no ha sido otra cosa que el respaldo de sus miembros a la campaña electoral de S.E. Ha habido antidemocráticos mensajes de aliento a la re-reelección, del ex presidente Lula entre otros. Han estado presentes hasta agrupaciones que responden a las causas independentistas de Cataluña y el País Vasco, mientras en Bolivia se les ajusta las clavijas con gran rigor a una gran cantidad de personas a las que se les acusa de independentismo de la manera más vil y mentirosa. Todo es confuso, todo es extraño, pero todo sea, seguramente, por la causa del socialismo mundial y por la eternización de S.E. en el poder.
Tal como S.E. expresó que la reunión del G-77 más China en Santa Cruz fue un acto electorero, igual el Foro llevado a cabo en La Paz no tuvo otro motivo que la elección. En uno y otro evento los bolivianos pagamos de nuestros bolsillos pasajes, alojamiento y banquetes para estos felices personajes que luego, se espera, hablen maravillas del revolucionario “proceso de cambio”.
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