El amplio espectro electoral muestra situaciones de todo tipo, especialmente por el comportamiento de los candidatos y sus apoyos ya que, para la comunidad que intervendrá en los recintos electorales, hay muy poco constructivo y nada propositivo, porque parece que el proceso electoral será sólo para alcanzar el poder por el poder y como sea.
Pero, al margen del comportamiento de los candidatos, es interesante cómo se presentan las encuestas levantadas por algunos medios de comunicación y, en casos, por empresas que dicen estar especializadas en la materia. Los resultados que muestra cada una producen ilusiones y decepciones, alegrías y amarguras pese a que cada uno de los candidatos sabe muy bien hasta dónde tienen valor decisivo esas encuestas; en todo caso, sirven para ilusionar a unos y decepcionar a otros, según los “encargos que se haya recibido”, o las realizadas por medios independientes señalan, simplemente, lo que muestran los resultados con base en un “mundo de interrogados” que no siempre pueden representar el sentir de la mayoría.
Las encuestas, es bien sabido, se realizan en medio de grupos previamente escogidos o, también, tomando el criterio de personas aisladas que dan su opinión sobre preferencias. En todo caso, así el número de encuestados sume un mil, dos o tres mil personas, no representa el sentir de quienes asistirán a las urnas y, en éstas, muchos tal vez anularán su voto o votarán en blanco; no corresponde, pues, hacerse ilusiones o anticipar amarguras sobre universos muy escasos de personas que, además, no siempre expresan sus preferencias porque el candidato elegido puede ser distinto al que se dice al encuestador.
Los candidatos, si realmente buscan votantes, deberían conducirse en forma distinta a la que muestran: sumidos en campañas donde se endilga a los ocasionales rivales defectos, errores, faltas o delitos que, ciertos o no, dejan mal concepto para el candidato que los esgrime y muy poco se cree lo que se dice de los contrarios. Cada candidato debería actuar con sindéresis, decencia y altura porque no son las poses de jueces o fiscales y de investigadores que buscan delitos o inocencias; deben actuar con humildad y sin demostrar soberbias y petulancias que les hace más daño que al rival que acusan.
En fin, las encuestas crean situaciones favorables a unos y desfavorables a otros; pero quien crea en ellas, tendrá la oportunidad, en las elecciones y por los resultados, de comprobar hasta qué punto han sido favorecidos o no. Mientras se verifique los votos, se los cuente y recuente, habrá que tener paciencia y, en el tiempo que pasa, actuar con la mesura, el tino y la decencia precisas porque lo contrario asegura más pérdidas que ganancias, ya que el público elector sabe juzgar y, por supuesto, emitir su voto conforme a su juicio y bien parecer.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |