Rousseff afirma que no tiene apoyo de banqueros y defiende política económica

La presidenta brasileña Dilma Rousseff, que busca su reelección en los comicios del 5 de octubre, afirmó ayer que su campaña no tiene apoyo de los banqueros y defendió la política económica de su Gobierno.

“El Banco Central no es electo por ‘tecnocratas’ y banqueros. No pueden decir que hice una ‘beca banqueros’, además no soy la que tengo el apoyo de ellos”, comentó Rousseff a periodistas después de participar en un debate sobre el acceso a internet.

La afirmación fue interpretada también como una indirecta a la ambientalista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB) y favorita para vencer en la segunda vuelta, quien cuenta en su equipo de campaña con varios cuadros del sector bancario, entre ellos Neca Setúbal, educadora y heredera del privado Banco Itaú.

Rousseff evitó hablar sobre posibles nombres para su equipo económico de Gobierno, después de haber anunciado esta semana que el ministro de Hacienda, Guido Mantega, dejaría el cargo por “motivos personales” en un eventual segundo mandato.

Sobre la política económica, Rousseff destacó que el 11% de la deuda pública de Brasil está con acreedores externos y los 378.000 millones de dólares de las reservas no pueden ser reducidos, porque sería exponer al país a las posibles crisis financieras y a la “interferencia del Fondo Monetario Internacional (FMI)”.

“Brasil tiene todas las condiciones de desarrollarse y no es inestable macroeconómicamente. Hace doce años que no aparecemos en el FMI como deudores, incluso aparecemos como acreedores. No podemos reducir las reservas y dejar de invertir en saneamiento, metro”, enfatizó.

En un eventual segundo mandato, Rousseff admitió que el país tendrá “condiciones coyunturales completamente diversas y espero que la economía internacional se recupere y no se quede de lado como lo está haciendo. Brasil está preparado para una recuperación y, me disculpen, va a dar frutos”.

La jefa de Estado participó en el debate “Diálogos conectados”, un diálogo sobre derechos e internet”, promovido en Sao Paulo por el Fórum Nacional por la Democratización de la Comunicación (FNDC), que entregó a Rousseff la Carta Compromiso por una Comunicación Democrática, un documento de propuestas del sector.

La mandataria defendió la inclusión digital con una “meta de universalización”, con una legislación “clara” de internet, que favorezca las clases menos favorecidas y resaltó el crecimiento de la llamada clase media, ahora con 112 millones de personas, de las 202 millones que tiene el país.

“Nuestra clase media es mayoritaria en el país y hasta el Banco Mundial reconoce eso”, destacó Rousseff.

Además del encuentro, Rousseff visitó en Sao Paulo un centro público de atención a personas con limitaciones físicas, donde defendió los incentivos a las propuestas de investigación y desarrollo de tecnología.

SILVA ES FAVORITA

Por otro lado la ecologista Marina Silva ganará las elecciones de octubre próximo en Brasil en una segunda vuelta, con un 45,5%, frente a la presidenta y aspirante a la reelección, Dilma Rousseff, que obtendría un 42,7%, según un sondeo divulgado ayer.

La encuesta fue elaborada por la firma MDA por encomienda de la patronal Confederación Nacional del Transporte (CNT) y, como otras publicadas en los últimos días, muestra una clara polarización entre ambas candidatas y una ligera reducción de la ventaja de Silva.

En la primera vuelta del 5 de octubre próximo, la encuesta de MDA dice que Rousseff obtendría un 38,1% de los votos, frente al 33,5% de Silva y el 14,7% que respaldaría al candidato socialdemócrata Aécio Neves.

La ecologista se convirtió en candidata tras la muerte, el pasado 13 de agosto en un accidente aéreo, del anterior abanderado del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, cuya intención de voto hasta ese momento no pasaba del 10%.

Desde que fue oficializada como abanderada del PSB, Marina Silva ha revolucionado las encuestas e irrumpido como única candidata con serias posibilidades de derrotar a Rousseff, quien hasta la muerte de Campos era clara favorita para ser reelegida.