Villamontes: masacre de caballos genera repudio social y político

Si el perro es el mejor amigo del hombre; el caballo es el leal compañero en la Historia del ser humano pues, gracias a su inteligencia, a su alta capacidad móvil, hizo de fuerza motriz del desarrollo y en muchos lugares de nuestro Planeta, aún presta grandes servicios a la comunidad.

Respecto al Chaco boliviano, los nobles cuadrúpedos, son utilizados para el transporte personal y para el traslado de productos y mercaderías de un punto a otro. Quien tiene un caballo de propiedad, se siente rico y acompañado.

MASACRE DE CABALLOS

La reciente masacre de caballos en el chaco tarijeño, acto de barbarie inusual para la población y para las etnias que viven en esta calurosa tierra, vulnera todos los principios que defienden al caballo como patrimonio y se transforma por el repudio nacional, en una cuestión social y política que exige castigo ejemplar para los culpables.

El respeto a la vida de los caballos, invoca la lealtad de los chaqueños y de los bolivianos del campo y la ciudad en el sentido de permitir a este bravo animal, disfrute como antaño del cariño popular y sobre todo, sea protegido por dueños, comunidades y etnias que usan al caballo como dócil montura e ideal medio de transporte.

La Federación de Ganaderos del Chaco, activistas de protección a la vida animal e instituciones dedicadas a la preservación de especies naturales, exigen que se esclarezca la matanza de caballos en Villamotes, supuestamente realizada por algunos funcionarios del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Alimentaria (Senasag).

La presente nota, intenta despertar la solidaridad del país, la vigencia de las buenas costumbres rurales y exigir una ley para defender al reino animal, de individuos deshonestos y en algunas situaciones de la ausencia de profesionalismo en ciertos veterinarios que, a veces, enfocan al animal, al caballo, como una mercancía.

LOGISTICA

Es preciso recordar que caballos, acémilas y burros, fueron parte logística de importancia en la Guerra de la Independencia; después de la pérdida del Litoral, en las expediciones que buscaron una salida al Río Paraguay por el Chaco tarijeño y algo más cercano, durante la Guerra del Chaco hicieron de invalorable apoyo al soldado boliviano.

EL PASADO

Sobre la importancia del caballo y acémilas, echemos una mirada retrospectiva a las grandes caravanas de llamas, mulas y caballos, único transporte de comercio y de comunicación que recorría en semanas y meses, la dura y accidentada geografía de las rutas comerciales en el sistema colonial que, generalmente tenían como meta, la ciudad de Potosí.

Laura Escobari de Querejazu, en su premiada obra “Producción y Comercio en el Espacio Sur Andino, Siglo Diecisiete”, Colección Arzans y Vela (Año 1985, La Paz) afirma sobre las Rutas Comerciales Internas: “El principal medio de transporte interior en el Siglo Diecisiete es la mula. El transporte por este medio se hace empleando 50 o más animales agrupados en recuas. Cada grupo de diez mulas es asignado al cuidado de dos personas. A estos grupos se los llama piaras. Al final de la tropilla van mulas libres, para recambiarlas en el trayecto. Quienes se dedican al transporte de mercaderías empleando mulas son los arrieros, quienes crecen notablemente en cantidad, dado el flujo intenso del comercio. Los arrieros, aunque se mueven entre ciudades tienen un lugar de residencia permanente. Su condición social depende del número de recuas que tengan, por lo general, dado que controlan el único medio de transporte se convierten en poderosos capitalistas y acreedores”.

EL PRESENTE

El transporte de carga o personal, a caballo y acémila, continúa vigente en nuestro país. Sobre todo, en áreas carentes de otras vías de comunicación. Toda la zona de Sud Yungas por ejemplo, utiliza el caballo, la mula y el burro, como rutinaria forma de transporte y con mayor razón, en la apartada área del Chaco.

El chaqueño, a veces montando a pelo su caballo, recorre su diario camino al trabajo o en busca de sus relaciones entre pueblo y pueblo. Lo propio sucede en todos los departamentos de oriente y occidente de nuestro país.

Por estas razones, es inconcebible que, gente conocedora de la valía de nuestros amigos cuadrúpedos, haya llegado a eliminarlos sin mayor cargo de conciencia. Los jinetes, las comunidades y los pueblos que se sirven de caballos, mulas y asnos, deberían en esta situación, hacer conocer su molestia para que nunca más, por negocio o por cualquier otro motivo, se sacrifique sin pena, a estos leales compañeros del hombre y de la familia boliviana.

(Clovis Díaz)