Tras denuncias de corrupción
Marina Silva se niega a discutir con Lula, quien la combate porque sostiene que “tercerizará el Gobierno” en caso de ser electa, y pronosticó que los partidos tradicionales, PT y PSDB, “deben volver a sus raíces.
Río de Janeiro.- Un acto de sindicalistas en defensa de la petrolera Petrobras respaldado por el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva terminó transformado ayer en un mitin, por su parte la aspirante presidencial brasileña Marina Silva afirmó que si resulta electa el próximo mes se transformará en la primera mandataria “socioambientalista” del mundo que pretende “jubilar a la vieja República
Los cerca de 2.000 manifestantes que se concentraron en la céntrica plaza de Cinelandia de Río de Janeiro y marcharon hasta la sede de Petrobras aprovecharon el acto para criticar a Silva por su supuesta posición contra la petrolera estatal, algo que la candidata ecologista ha negado en varias oportunidades.
La manifestación fue convocada por la Central Única de los Trabajadores (CUT), mayor central sindical del país y con estrechos vínculos con el Partido de los Trabajadores (PT), la formación liderada por Lula y que postuló a Rousseff a la reelección.
Los sindicalistas marcharon en defensa de Petrobras, empresa que ha sido salpicada en los últimos meses por numerosas denuncias de corrupción y que se ha convertido en epicentro de escándalos que son aprovechados como combustible en sus discursos por los candidatos de oposición en las elecciones presidenciales del 5 de octubre.
“Estoy presente aquí porque, cuando surgen algunas denuncias de corrupción contra Petrobras, muchas personas comienzan a tener vergüenza de vestir el uniforme de la empresa y yo insisto en hacerlo. No tengo vergüenza de esta camisa, que debe enorgullecer a los trabajadores y al pueblo brasileño por lo que Petrobras significa para el país”, dijo Lula en informe de Efe.
El exmandatario afirmó que los miles de trabajadores de la Petrobras no pueden ser discriminados por el posible error cometido por algún dirigente y agregó que los funcionaros que incurrieron en posibles irregularidades tienen que ser juzgados y condenados.
Lula afirmó que en sus pronunciamientos prefiere no hablar mal de otros políticos, en referencia a Marina Silva -que fue su ministra de Medio Ambiente y ahora es candidata por el Partido Socialista Brasileño (PSB)-, pero que no puede dejar de defender a Rousseff, a quien escogió para sucederle en la Presidencia.
“Puedo decir que estoy contra la candidata que hace oposición a Dilma. Porque ella va a terminar mostrando las inconsistencias de un programa de Gobierno hecho a 500 manos, especialmente por economistas que dicen muchas bobadas”, aseguró el expresidente.
El exjefe de Estado agregó que a diferencia de los movimientos sociales y los partidos de izquierda, que defienden a Petrobras y no permitieron su privatización, la oposición se opone a un proyecto para que la estatal alcance una producción de 4 millones de barriles anuales hasta el 2020 y para que se convierta en exportadora de combustibles y no sólo de crudo.
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