Embates contra la Iglesia católica

La opinión católica latinoamericana se siente ofendida por la serie de ataques de toda índole contra la espiritualidad y razón de ser del catolicismo. Nos referimos a una reciente tergiversación de la oración “Padre nuestro”, que Jesús nos enseñó en su paso por este mundo, manifestando a sus seguidores que cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar en pie para que la gente los vea. Les dijo que lo hagan en soledad, que oren a Dios en secreto, el cual los oirá. Oren así:

Padre nuestro,/ que estás en el cielo,/ santificado sea tu Nombre;/ venga a nosotros tu reino;/ hágase tu voluntad/

en la tierra como en el cielo./ Danos hoy nuestro pan de cada día;/ perdona nuestras ofensas,/ como también nosotros perdonamos/ a los que nos ofenden;/ no nos dejes caer en la tentación,/ y líbranos del mal. Amén.

Los seguidores del catolicismo no pueden creer que la vanidad de los hombres pueda llegar a extremos, cuando se tergiversa esta oración, incluyendo el nombre de Hugo Chávez y todavía más, se lo hace rezar en reuniones públicas.

Es inadmisible que se llegue al colmo del servilismo y fanatismo para conseguir créditos políticos. Si quieren hacer una oración, que la hagan, pero sin copiar algo sacrosanto, con el único fin de aparentar una mayoría de apoyo inexistente.

Es de conocimiento público, que en vida Hugo Chávez se consideró de la misma talla del Libertador Simón Bolívar y lo invocaba para que su espíritu se imbuyera en él. La actitud de los seguidores de Chávez es insólita y mucho más, cuando piensan que él es como un dios que vela por los venezolanos. De ahí que lo invocan sus seguidores que al parecer no se convencen de su muerte, dedicándole un “Padre Nuestro” tergiversado y pagano a todas luces.

Los ataques constantes al catolicismo, por diversas fuentes y seguidores de creencias extrañas, nunca lograrán conmover los cimientos de la Iglesia católica, ya que Jesús en su oportunidad le dijo al apóstol Pedro, como Primer Pontífice: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra voy a construir mi Iglesia y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla”. La magnificencia y el poder de DIOS son grandes, mientras que Hugo Chávez y sus seguidores que lo endiosan, tienen el tiempo limitado, por tratarse de simples mortales en su paso por este mundo.

El autor es Profesor Emérito de la UMSA.