Las crisis en Siria e Irak, Ucrania, Gaza y en varios países africanos dominaron ayer el tono en la apertura del 69 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, donde la próxima semana se reunirán más de un centenar de gobernantes para abordar los principales desafíos globales.
“El mundo se enfrenta a múltiples crisis. Cada una tiene sus propias dinámicas (…), pero todas han incluido atroces ataques contra civiles, incluidos niños. Todas tienen peligrosas dimensiones sectarias, étnicas o tribales. Y muchas han provocado una profunda división en la comunidad internacional”, dijo el secretario general, Ban Ki-moon, antes de inaugurar la Asamblea.
Por ello, Ban dijo que utilizará su intervención en el debate general para llamar a los “líderes mundiales a unirse y respetar la dignidad humana, el estado de derecho y los principios de la Carta de Naciones Unidas”.