Luego de que Pamela Álvarez Beltrán, reapareciera luego de cuatro días de supuesto cautiverio en manos de una banda dedicada a la trata y tráfico de personas, datos extraoficiales daban cuenta de varias contradicciones entre la denuncia hecha por la familia y los informes de Inteligencia de la Policía y ayer, el fiscal de Distrito, José Ponce, emitió recién declaración, poniendo en duda la teoría del secuestro.
El sábado 6 de septiembre al mediodía, cerca de la Terminal de Buses, luego de abordar un radiotaxi de línea “conocida”, Pamela habría realizado una llamada para que su madre la esperase en la puerta de su domicilio, en la zona de Achumani, con 20 bolivianos para pagar el servicio, pero esta nunca llegó a este destino.
Fue lunes cuando la noticia copó la atención de los medios de comunicación y conmovida la gente se volcó a las redes sociales para revotar y compartir su imagen esperando que esto sirviera para que se logre dar con su paradero. El martes 9, un reporte de carácter exclusivo, del periodista John Arandina, abrió el noticiero nocturno de Cadena “A” dando cuenta que Pamela estaba con vida”.
Pero en la primera intervención de manera clara el periodista dio cuenta que problemas familiares hicieron que Pamela se refugiara en otro domicilio, descontado que se trate de un secuestro, sin embargo, luego del corte, no se volvió a mencionar el dato.
Una fuente policial dio a conocer de manera extraoficial, que la llamada no habría sido hecha desde la avenida Uruguay sino desde El Alto y duró cuatro minutos. La teoría, que se manejan es que durante la llamada se dio una discusión donde Pamela le explicaba las razones por las cuales se alejaba de su hogar.
Con estos antecedentes y ante la presión de los medios de comunicación de esclarecer el hecho, que fueron utilizados para difundir la supuesta denuncia, el fiscal Ponce afirmó que no se puede jugar con la buena fe de la sociedad y se busca lograr más indicios para dar con los autores, pero que la víctima, principal testigo, no colabora.
Ponce indicó que ante la actitud reticente de Pamela para colaborar y bridar sus declaraciones, sumado a la negativa de que se le practique el examen forense, se instruyó el peritaje psicológico para tener la certeza de que en realidad no recuerda nada. “En mi criterio, no podemos hablar siquiera de un secuestro”, concluyó el Fiscal de Distrito.
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