[Jorge Espinoza]

Mina Caracoles y la invasión chilena


Oscar Kempff, un apasionado de la geología y la historia, me facilitó el poco difundido libro La flor del desierto. El mineral de Caracoles y su impacto en la economía chilena (2000), de Carmen Gloria Bravo Quezada. El presentador del libro Antonio Mitre dice: “La experiencia de Caracoles, lo revela claramente el excelente estudio de Carmen Gloria Bravo, hace parte de un movimiento más amplio; de hecho, el avance económico que precedió a la conquista militar del territorio donde se hallaba el yacimiento representó el inicio de un ciclo que continuó muy luego en Corocoro, Huanchaca hasta alcanzar, en las primeras décadas del Siglo XX, el corazón mismo de la minería estañífera de Bolivia”. (En las primeras décadas del Siglo XIX existían capitales chilenos en importantes minas como Llallagua, Colquiri, Huanuni, Viloco, Corocoro y Huanchaca).

La autora en la introducción indica: “En la trayectoria de Caracoles se conjugan factores geológicos, geopolíticos, económicos y sociales que lo ubican entre los más estratégicos y codiciados de la época. La aridez del desierto y, consecuentemente, la escasez de elementos básicos para la subsistencia –agua, víveres, vivienda y transporte- no fueron óbice para el asentamiento en la zona de un número considerable de trabajadores chilenos que insuflaron vida al asiento minero –un poblado con cerca de diez mil habitantes-, que contó con escuelas, periódicos, teatros, iglesia y una infraestructura considerable si se toma en cuenta las condiciones inhóspitas del lugar”.

Caracoles está situado en el límite norte de una serranía cruzada por numerosas quebradas, a 23º02´de latitud sur y 69º01´de longitud oeste, a una altura media de 3.100 msnm, en el antiguo Litoral boliviano. Es una región absolutamente estéril. En sus depósitos abundó la plata clorurada o plata córnea y la plata nativa. Mineralogistas de la época dudaban de la verdadera riqueza de Caracoles, afirmando que eran poca las vetas verdaderas y que el mineral se hallaba diseminado a través de los numerosos estratos del terreno. De los 40 a 50 metros de profundidad disminuía la ley de plata.

Caracoles fue descubierto por el cateador chileno José Díaz Gana el 24 de marzo de 1870. Los pedimentos legales se tramitaron en Cobija. Se denunciaron 1.500 vetas. Exageradas las características del yacimiento en lo que a su volumen se refiere, de inmediato se dio una fuerte especulación financiera en los mercados de valores de Santiago y Valparaíso. Se suscribieron hasta dos compañías por semana en julio de 1872. Sin embargo la tendencia a la baja empezó en marzo de 1873.

En mayo de 1872 estaban en producción 87 minas, la mayor parte de ellas en la zona denominada Primer Caracoles, que comprendía las sierras denominadas Bella Vista, Deseada y San José. Las leyes de plata de las Minas Descubridoras (minas principales descubiertas inicialmente) fueron en marcos por cajón las siguientes: 1873/176,00, 1874/118,22, 1875/81,36, 1876/51,40, 1877/46,22 y 1878/43,71. Como se observa, en cinco años por la intensiva explotación la ley cayó en 4 veces.

La utilidad de las 7 principales Minas Descubridoras entre 1871 y 1878 fue de cerca de 10 mil millones de pesos. En los gastos de explotación de estas minas en 1874, 75 y 78, el 57% fueron salarios, el 27% víveres y herramientas, el 14% administración y gastos generales y el 2% gastos extraordinarios, que muestran una explotación demasiado rudimentaria. El costo de transporte (flete) de mineral era enorme, por lo que en las canchas de las minas se acumulaba gran cantidad de minerales con ley inferior a 40 marcos por cajón, que en cualquier otro yacimiento hubieran producido ganancias.

Desde 1871 hasta 1878 Caracoles produjo más plata que Huanchaca, la principal mina argentífera boliviana en la segunda mitad del siglo XIX y los años 1872 y 1873 produjo más que el total de las minas chilenas. La máxima producción de Caracoles fue 196 toneladas finas (TF) en 1873. (La máxima producción de Huanchaca fue 388 TF en 1895).

El descubrimiento de Caracoles y la exageración del volumen del yacimiento, produjo un masivo movimiento al norte de mucha gente de Chile, especialmente de Copiapó, cuyos enormes yacimientos metalíferos, se encontraban en completa decadencia a fines de 1860. A partir de 1872 Mejillones y Antofagasta crecieron espectacularmente gracias a Caracoles. Por otra parte fracasaron los esfuerzos del gobierno boliviano por poblar Cobija, principalmente por falta de agua y la pésima comunicación con los principales centros de población, separados por la cordillera y el desierto.

De las 50 sociedades anónimas organizadas en las bolsas de Santiago y Valparaíso en torno a Caracoles, sólo una (Dorado Hermanos) fue boliviana. La industria, el comercio y casi todos los trabajadores eran de Chile, por lo que en las escuelas se utilizaban libros de ese país. En suma, Caracoles de extraordinaria pero efímera riqueza, fue gravitante para la invasión chilena y la Guerra del Pacífico en 1879.

TITULARES

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (760 Kb)      |       PDF (365 Kb)



Caricatura


Sociales

TÉ DE DAMAS LEONAS DEL DISTRITO S-1

Teresa Chumacero, Gael de Fernández, el gobernador del Distrito S-1 Bolivia, Luis Fernando Pérez, la presidenta del Comite de Damas del Distrito S-1 Bolivia, Gladys Cerdán de Pérez, Teresa de Mendoza y Martha de Echalar.

HOSPITAL DE LA MUJER VIVIÓ UN "DÍA DE ALEGRÍA"

Robert Raines muestra una parte del donativo.