Vitalidad del Canto Lírico en La Paz

El canto lírico, que es la mayor expresión del arte musical, demostró su vitalidad y excelencia en la Gala Lírica ofrecida el sábado 13 de este mes, en el Centro Sinfónico Nacional. Pese a las malas condiciones climáticas de aquella noche, tuvo nutrida concurrencia, la que aplaudió con entusiasmo y admiración a los artistas participantes.

La mayor singularidad que tuvo la Gala fue la actuación de cantantes líricos de tres generaciones, entre sopranos, mezzo-sopranos, tenores, barítonos y bajos. De esta manera, se constituyó en un acontecimiento histórico, pues nunca antes se tuvo tal experiencia.

La presentación de la Gala estuvo dedicada a conmemorar los 25 años de la Carrera de Canto Lírico del Conservatorio Nacional de Música. Su creación contó con el aporte pionero del maestro japonés Ikuo Kobayashi, gracias a la Embajada del Japón, que puso en acción, para esta finalidad, a su organismo de cooperación internacional, que lleva la sigla de JICA.

La contraparte nacional la ejerció el cantante lírico Ricardo Estrada, de reconocida y aplaudida trayectoria como barítono. Actualmente, es el director de la Sociedad Filarmónica de La Paz. Estrada es, además, un erudito del bel canto, lo cual se manifiesta en la presentación de las funciones de ópera que se realizan cada primer martes de mes en el Círculo de la Unión, bajo la dirección del eminente arquitecto Juan Carlos Calderón.

La Gala Lírica tuvo tres partes. La primera, estuvo a cargo de estudiantes sobresalientes de la Carrera de Canto Lírico del Conservatorio. En la segunda, actuaron cantantes egresados. Al presente, varios de ellos están ya consagrados como profesionales exitosos, actuando de solistas y participantes en óperas, aunque deplorablemente la escenificación de éstas son muy esporádicas. En la tercera, intervinieron los Grandes Maestros del Canto Lírico del pasado, aunque algunos de ellos continúan siendo figuras de relieve en este género del arte musical de La Paz.

En el acompañamiento instrumental a los cantantes participaron destacados pianistas, los que pese a su juventud no son promesas solamente para el arte musical del país, sino concertistas consumados. Tal es el caso de Gabriela Ruiz, quien, a sus 22 años de edad, es ya una eximia pianista. Su dominio del teclado se traduce en brillantes interpretaciones de la música clásica.

Gabriela ganó hasta ahora 3 premios nacionales y dos internacionales. El último en 2012, obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional de Jóvenes Músicos de Bolivia.

Merece también ser destacado otro pianista que acompañó a los cantantes de la Gala Lírica. Se trata del joven Alex Mamani, quien expuso plausibles asomos de alcanzar la maestría en el teclado.

En total, con inmenso placer se pudo escuchar a 36 exponentes del canto lírico, en sus distintos géneros y rangos de calidad. Las arias interpretadas cubrieron todo el espectro de las producciones de los grandes compositores de óperas, del pasado y del presente.

Aunque resulta difícil y hasta es factible incurrirse en omisiones injustas al citar nombres, el riesgo hay que correrlo. Entre los jóvenes que todavía son estudiantes del Conservatorio, correspondería destacar a Inés Linares, mezzo-soprano, y al dúo de Diego Sarmiento, tenor, y Rafael Aguilar, barítono, por el creciente vigor de sus voces y su desenvoltura escénica.

De los cantantes que actuaron en la segunda parte del programa, Giovano Salas, bajo, sigue siendo el número uno del país, en su género. José Luis Duarte, cada vez más se afirma más como un excelente tenor. Rocío Juanes, mezzo-soprano, está alcanzando ya la plenitud de su calidad. Las hermanas Susana Renjel y Daniela Renjel, sopranos, constituyen los mayores logros recientes del canto lírico en el país. Diana Azero, en definitiva, es figura estelar como soprano. Fernando Flores, tenor, tiende a ser la primera voz de su género en Bolivia. Akiko Makiyama, mezzo-soprano, usando la vestimenta típica de su país, fue el valioso aporte japonés a la jornada de canto lírico.

Entre los Grandes Maestros, prosiguen ocupando, con singular brillo, los puestos de vanguardia en el canto lírico del país Ricardo Estrada, barítono; Gastón Paz, bajo; Sonia Bustillo, mezzo-soprano; María René Ayaviri, soprano; y Susana Valda, mezzo-soprano.

La Gala Lírica sirvió también para entregar plaquetas de reconocimiento a la trayectoria artística de algunos cantantes. Tuvo especial realce la dedicada al maestro japonés Kobayashi, aunque ausente del acto, por su concurso imponderable en la creación de la Carrera de Canto Lírico en el Conservatorio Nacional de Música, de la que cada año egresa siquiera una decena de nuevos cantantes.

La presentación del festival lírico tuvo el aporte del Ministerio de Cultura. En lo individual, es merecedor de reconocimiento y aplauso el maestro Carlos Illanes, actual coordinador de la Carrera de Canto Lírico del Conservatorio, por los esfuerzos que desplegó para organizar y hacer realidad la Gala del día 13, del mes en curso.