Nuevamente los jubilados fueron motivo de engaño, al conseguir nada. La marcha que debería ser el marco para exigir al Gobierno el bono del jubilado, fue un total fracaso, ocasionado por dirigentes que no conocen de organización, para efectuar una acción titánica acompañada de la edad de los marchantes y el clima que los acompañó. Revisando hechos de los sectores de trabajadores y ex trabajadores, con mucha irresponsabilidad las autoridades dejan que se produzcan estas manifestaciones, primero con gran perjuicio al desenvolvimiento de actividades de todas las personas, pues el país es paralizado causando el déficit de las empresas y segundo, se juega con la vida de las personas, lo que muestra la ineptitud de quienes deben dar soluciones.
Se hizo una costumbre pedir bloqueando caminos, calles y avenidas y las autoridades campantes sólo tienden a emitir comunicados ambiguos, confundiendo a unos y otros, en casi todos los casos, creando un caos increíble. Bolivia debería figurar en el libro Guinness, por batir los records mundiales sobre conflictos. Gobernar no es aceptar conflictos o provocarlos por no atender pedidos, unas veces justificados, como de los jubilados, y otros que realmente maltratan la economía de la Nación. Gobernar es atender en forma ordenada y a satisfacción de las partes, las situaciones, ya sea si corresponde aprobar lo que piden o, en caso contrario, dar una solución salomónica, pero hacerlo.
Lo que se ha visto últimamente no tiene nombre, el Gobierno no debería mandar a sus funcionarios para que traten el problema en plena marcha. Pero todo el país quedó boquiabierto cuando supo que los emisarios eran nada menos que miembros de la Central Obrera Boliviana. Nada más aberrante cuando ese organismo es un brazo político obrero del MAS o sea del partido de gobierno, que hace mucho tiempo se vendió por migajas participativas con futuros diputados o senadores.
El caso vergonzoso se inició cuando el secretario ejecutivo de la COB anterior, Sr. Montes, agradeció al Estado, que aprobó una Ley de Pensiones completamente neoliberal y que mella la dignidad de los trabajadores que a futuro deben jubilarse. Este organismo que debía dedicar todos sus esfuerzos a defender los intereses de la clase obrera y también de los jubilados, se prestó a llevar la voz de sus jefes políticos y consumar la desmovilización, con el ofrecimiento de que el Presidente los recibirá el 10 de octubre, a pesar de las prohibiciones que manda la ley, como ser el auto de buen gobierno.
No faltó un miembro de la cúpula de los jubilados que felicitó la valentía de Trujillo y su gente, nada más estúpido, cuando esos representantes sólo debían felicitar a los enviados si hubieran encabezado la marcha para exigir a las autoridades lo que es justo y necesario. Esa actitud hubiera merecido el aplauso de todos los sectores de trabajadores y ex trabajadores, siendo conscientes de que obraban con pleno conocimiento de la causa.
Ya en el país nada nos sorprende, todos se doblan ante los ofrecimientos pueriles de su partido, enviando a sus emisarios, mientras que a quienes les corresponde encarar el problema, no dan soluciones, los resultados se los podrá ver en adelante, cuando los altos dignatarios prosigan callados y quieran seguir jugando con fechas de encuentros, dando largas a los jubilados. Aunque esta vez creo que algunos sectores no darán brazo a torcer, como el Magisterio, para obtener el bono al jubilado.
En Bolivia ya no existe COB, sino una Central Al Socialismo Obrero (CASO), por lo tanto, quienes hacen gala de ser dirigentes por moral, si todavía les queda, deberían dejar ese organismo, para que trabajadores virtuosos lleven adelante una nueva central que defienda los intereses de quienes los elegirán. Se debe llamar de inmediato a un congreso para elegir una nueva dirección sindical.
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