Debate programático, no de insultos

Para algunos candidatos, el debate es de vida o muerte porque, simplemente, no hay argumentos ni programas de gobierno convincentes, que compitan y comprometan el voto de la opinión pública.

Debatir es para ciertos candidatos, soslayar el tema de fondo que consiste en exponer ideas claras, sobre cuál sería el papel que podrían desempeñar en el manejo del Estado, si son electos.

De ninguna manera, debatir consiste en enrostrar al oponente con supuestos y recurrir a la guerra sucia. Este enfoque es incompetencia, desconocimiento de las necesidades nacionales y lo peor, tener visión aldeana y no de país en su conjunto.

Faltan apenas dos semanas para los comicios del 12 de octubre y los aspirantes a cargos públicos que son el Ejecutivo y el Legislativo continúan retándose unos a otros sin ofrecer soluciones a temas tan candentes como la mediterraneidad, el aprovechamiento de los recursos naturales, mejorar la salud y educación, entre otros.

En las páginas de “Quién es qué” de EL DIARIO publicamos una serie de artículos respecto al Pacífico, Mutún, Atlántico, Ferrocarril y en fin, temas que deben ser manejados con absoluto dominio por los candidatos. Sin embargo, en la sección “La Calle Comenta”, nuestros entrevistados coincidieron en que los candidatos jamás se refieren a la temática nacional, sino que la rehúyen o la contaminan con insultos.

El debate, con tales características está condenado al rechazo de la ciudadanía. Es conveniente, por lo tanto, que los postulantes de la oposición empleen estas dos semanas que restan para el 12 de octubre, en difundir sus proyectos y su visión de país.

(Clovis Díaz)