En medio de llanto y congoja familiares, amigos y allegados despidieron ayer a la periodista Liliam Ortega Soto en el Cementerio Jardín de la zona Sur de La Paz, quien falleció el martes luego de que la embarcación en la que viajaba naufragó. Salvas de artillería le rindieron homenaje y una columna de honor honró su memoria. Para sus familiares fue un ejemplo de perseverancia. Similar acto, pero en el Cementerio General, los restos del cadete José Rubén Quispe Churata fueron enterrados en medio de dolor.