Paúl Antonio Coca Suárez Arana
La política, palabra griega que en castellano significa “el arte de gobernar” o “el arte de dirigir” es arte y es también ciencia, pero es más arte que ciencia, ya que su ejercicio práctico requiere de aspectos como creatividad, voluntad, innovación constante y, principalmente, dejar de lado lo obsoleto para tener en mano lo innovador, ya que es necesario conquistar al electorado para tomar el poder.
Muchos se han venido preguntando en estos diez años lo siguiente: ¿Cómo hacer para ganarle al MAS? pero no hacen lo suficiente para ganarle, ya que siguen con viejas estrategias que eran usadas hace treinta años atrás, pero que ahora no funcionan: vender candidaturas, hacer listas entre cuatro paredes, postular a la misma gente que no tiene ningún respaldo popular, mantener un discurso de crítica al Gobierno sin ofrecer ningún tipo de propuesta, entre otras.
Ya que estamos en puertas de las Elecciones de octubre, damos a conocer cinco aspectos que engloban la “fórmula” para ganarle al MAS, que ingresan al ámbito meramente utópico, pero que están presentes para generar debate. Es así que para ganarle al MAS se requiere:
Primero, el dinero de Unidad Demócrata (UD). Para encarar una campaña electoral, se requiere de recursos económicos, recursos humanos y logísticos. Si bien el dinero no lo es todo, pero se necesita tener una base económica ya que es necesario contar con un material mínimo de campaña.
Segundo, el discurso del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que incluye el Programa de su candidato presidencial, ya que se necesita un discurso que pueda atraer a los votantes, con propuestas serias y coherentes, que en los debates puedan salir airosos. La propuesta debe convencer a los no convencidos, y ese es el parámetro principal.
Tercero, los candidatos jóvenes y nuevos del Movimiento Sin Miedo (MSM). Este partido se encuentra postulando a una destacable cantidad de personas tanto jóvenes como caras nuevas en las listas al Órgano Legislativo, lo cual es de destacar ya que se trata, quiérase o no, de renovación en la política.
Cuarto, las ilusiones e ímpetu del Partido Verde de Bolivia (PVB). Este partido cuenta con militantes que hacen campaña con fe y esperanza; pese a que las encuestas no les dan más allá del 1% a nivel nacional, sus militantes han intensificado el proselitismo en vez de rendirse, aunque la adversidad es grande. Si no se tiene ímpetu, el dinero que un partido posea no va a servir de nada.
Quinto, el tener candidatos a Presidente y Vicepresidente nuevos. Se requiere de caras nuevas, de personas que encarnen el sentimiento de haber surgido del pueblo, que sean personas que viajen también en flota o colectivo, que coman en el mercado, que sean aceptados en Oriente y Occidente, que sean personas con un destaque en el ámbito donde se desempeñan. Lamentablemente, los actuales candidatos han venido haciendo política desde la década de los ’90, y no encarnan el sentimiento de renovación que se busca. El pueblo da “voto castigo” a la oposición, pero estos no se dan cuenta de ello.
El autor es abogado.
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