Infraestructura cuartelaria

Bolivia, país pacífico, acusa deficiencias en la infraestructura cuartelaria, especialmente en las fronteras con Chile, Perú y Brasil. Falta material e insumos, así como armamento moderno de vigilancia. Los soldados que sirven a la Patria en las fronteras carecen de muchas cosas, dando un espectáculo deprimente al observador, especialmente en la frontera con Chile, que es nuestro adversario permanente y por lo cual sus límites territoriales deben ser vigilados con preponderancia.

Este control militar tiene que ser mejorado con la construcción de cuarteles y así facilitar su labor de patrullaje. Para tales funciones necesitan carros de asalto, jeeps militares, motocicletas y sistemas de control y vigilancia con radares. Los uniformes militares deben ser con calefacción especial para combatir el intenso frío de las montañas. En los hechos, los soldados bolivianos en la frontera con Chile adolecen de estas carencias que dificultan su misión, ya que a falta de cuarteles tienen viviendas simples de adobe y paja, usando frazadas gastadas y de piso cueros de oveja.

Los alimentos se los lleva en turriles o simplemente tienen que prepararlos los mismos soldados, con calorías que no son suficientes para combatir el intenso frío y los vientos huracanados que permanentemente asedian en estos lugares. Debido a que Bolivia es un país privilegiado por la naturaleza, es propensa a la ambición de países vecinos, entre ellos Chile. Las riquezas naturales, como el gas, petróleo, minerales como el litio, por su explotación y comercio proporcionan ingentes recursos económicos al Estado, pero al mismo tiempo provocan la ambición de los vecinos limítrofes.

Recordemos que Chile en la llamada guerra de 1879 nos arrebató guano, salitre y territorio marítimo. Con este antecedente, Bolivia tiene una dura experiencia y por ello debe estar en alerta constante y vigilancia permanente de sus fronteras, de ahí la urgencia de atender todas las necesidades de su ejército.

Actualmente Chile renueva constantemente el armamento de su ejército, marina y fuerza aérea, con fondos que provienen del impuesto del 10% al cobre producido en las minas de Chuquicamata y centros mineros aledaños. Chile pretende estar siempre armado, porque tiene tres enemigos potenciales, en las fronteras con Bolivia, Perú y Argentina y teme que cuando se descuide, podría ser objeto de invasión armada, por tener antecedentes de territorios ocupados por la fuerza o en litigio permanente.

Bolivia en esta situación y con el antecedente de haber sido agredida por uno de sus vecinos, tiene que modernizar sus Fuerzas Armadas, para no poner en peligro su soberanía y para ello necesita recursos que deben provenir forzosamente del IDH o impuesto a los hidrocarburos.

El autor es Profesor Emérito de la UMSA.