Abogan por educación con respeto y paz

(ANF).- El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, defendió ayer la educación que inculca respeto y paz en las relaciones sociales como forma de evitar la violencia entre personas.

Con motivo del Día de la No Violencia, celebrado el pasado 2 de octubre, la autoridad eclesial señaló que la violencia brota de diferentes formas, al punto que termina con la muerte. Ahí la necesidad, expresó, de trabajar en la instauración de condiciones de vida equitativas que estén enfocadas primordialmente en la educación.

En particular, Gualberti pidió a la gente a controlar sus emociones y reacciones, con la finalidad de que la violencia no sea respondida con más violencia.

“No hay que responder a la violencia con la violencia para no construir cadenas que nos atan en una espiral de muerte. La violencia tiene también su caldo de cultivo en las injusticias, las intolerancias y marginaciones vigentes en nuestra sociedad, por eso hay que trabajar intensamente para instaurar condiciones de vida justas y equitativas para todos, sobre todo hay que educar a la tolerancia, al respeto y a la paz, en la familia, en la escuela y en todos los ámbitos de la sociedad”, manifestó.

El Día Internacional de la No Violencia se celebra por resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU) cada 2 de octubre, con motivo del nacimiento de Mahatma Gandhi, líder del movimiento de la Independencia de la India y pionero de la filosofía y la estrategia de la no violencia.

NO SE ENCIERREN

Gualberti, en su homilía desde la catedral de Santa Cruz, además instó a la población a no encerrarse y rechazar la salvación de Dios, como ocurrió con la parábola de los viñadores que mataron al heredero del dueño de una viña.

La parábola da cuenta de un propietario que alquiló su viña a unos labradores, quienes cuando llegó el tiempo de la vendimia, mataron a los distintos enviados del dueño que fueron a la viña a cobrar parte de la cosecha. Incluso matan al hijo del dueño para quedarse con su herencia.