Octubre en la historia: El mundo al borde del abismo
En un discurso televisado hoy a todo el país, el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy denunció la presencia de armamento nuclear ofensivo instalado por la Unión Soviética en Cuba, con el consentimiento del gobierno de Fidel Castro.
Washington, 22 de octubre de 1962.- “Pruebas indudables han establecido la presencia en Cuba de bases de cohetes que pueden alcanzar Washington, el canal de Panamá o México. Bases para cohetes de más vasto alcance están en proceso de construcción. Bom-barderos que pueden transportar bombas atómicas se están armando en la isla”, advirtió en tono sereno. “Veo en ello una amenaza explícita a la paz y a la seguridad de todas las Américas en contradicción con las seguridades que repiten los porta-voces soviéticos. Veo en ello un engaño deliberado que ni los estados Unidos ni la comunidad internacional pueden tolerar”.
Kennedy recordó las circunstancias de la década de 1930 cuando la debilidad per-mitió que el poder de Hitler creciera y lleva-ra al mundo a la guerra.
“Nosotros no arriesgare-mos prematuramente o sin necesidad el costo de una guerra nuclear mundial, pero no evitaremos ese riesgo si llega el momento de enfren-tarlo”.
El Presidente anunció la puesta en vigor de una “cua-rentena” rigurosa sobre to-dos los equipos militares ofensivos que se están en-viando hacia Cuba.
Alivio internacional
El 26 de octubre de 1962 el primer ministro de la Unión Soviética, Nikita Jruschov, en respuesta a un nuevo men-saje del secretario general de la Organización de las Na-ciones Unidas, (ONU), U Thant, inmovilizó los barcos que viajaban a Cuba y se dirigió al presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, sin consultar a Cu-ba, proponiéndole la retirada de los cohe-tes instalados en Cuba, a cambio de la suspensión del bloqueo naval y bajo ga-rantías de que Estados Unidos no invadiría a la isla. El secretario general de la ONU, se reunió en la sede de de la organización con representantes de Washington con el fin de iniciar negociaciones sobre la crisis.
Ese mismo día en horas de la noche, an-te las amenazas norteamericanas de inva-dir el espacio aéreo cubano, el Comandan-te en Jefe, Fidel Castro rechazó ese propósito y firmó una orden que expresaba que "todo avión de combate que invada el espacio aéreo cubano sólo lo podrá hacer a riesgo de afrontar el fuego defensivo". Al día siguiente las baterías cubanas comen-zaron a abrir fuego sobre los objetivos aéreos del enemigo.
Khrushchev retrocede ante Kennedy
El 29 de octubre de 1962 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) comunica a los Estados Unidos que se habían impartido órdenes para interrumpir la construcción, desmantelar las instala-ciones y devolver a territorio soviético las armas nucleares desplegadas en Cuba. Moscú aceptaba también que la ONU com-probara el desmantelamiento de los cohe-tes. Tal paso en las negociaciones sovié-tico-norteamericanas fue dado sin tener en cuenta la posición del gobierno de Cuba y sin contar con su aceptación. Cuba recha-za la inspección de su territorio y el Co-mandante en Jefe Fidel Castro fija cinco puntos de garantías contra la agresión. Los cinco puntos son: Cese del bloqueo y de todas las medidas de presión comercial y económica que ejercen los Estados Unidos en todas partes del mundo contra el pequeño país; Cese de todas las activi-dades subversivas, lanzamiento y desem-barco de armas y explosivos por aire y mar, organización de invasiones mercena-rias, filtración de espías y saboteadores, acciones todas que se llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y algu-nos países cómplices; Cese de los ata-ques piratas que se llevan a cabo desde bases existentes en los Estados Unidos y Puerto Rico; Cese de todas las violaciones del espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos; Retira-da de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por los Esta-dos Unidos.
De este modo parece disiparse el riesgo de guerra mundial presente desde hace siete días, cuando el presidente estado-unidense John F. Kennedy desunió la exis-tencia de bases de cohetes soviéticos en la isla. Durante este período la tensión lle-gó al máximo con aviones de Washington sobrevolando las instalaciones cuestio-nadas y los barcos de guerra intentando inspeccionar los cargueros soviéticos en marcha hacia la isla.
Al parecer hace dos días Khrushchev hizo saber a Kennedy que estaba dispues-to a negociar, afirmando que jamás se ha-bía planteado una guerra contra Estados Unidos y que las instalaciones en Cuba eran puramente defensivas por posibles agresiones norteamericanas, similares a las de la Bahía de Cochinos de 1961. Las autoridades estadounidenses convocaron al embajador soviético Dobrynin para se-ñalarle que no había nada para negociar.
No obstante, voceros extraoficiales bien informados señalaron que la Casa Blanca aceptó el planteo de Khrushchev. “Kenne-dy fue muy hábil porque encerró a Khrush-chev en un camino sin retirada. Dejó abier-ta la posibilidad de una ilusión de nego- ciación que permite al dirigente soviético salvar las apariencias”. Con quien no mar-cha ese juego es con Fidel castro, que no ocultó su profundo desagrado por haber sido dejado de lado por su colega soviético en la salida a la crisis. Castro ya anunció que no aceptará la presencia de ningún obser-vados de las Naciones Unidas en territorio cubano.
“La salida pacífica de esta crisis luego de una semana aterradora restableció el prestigio de Estados Unidos y de su presi-dente, símbolo de la firmeza pacífica del Occidente”.
El 31 de octubre de 1962 concluyen las conversaciones entre la delegación de la ONU y el Gobierno Revolucionario de Cu-ba., en medio de la Crisis de Octubre. Co-mienza la retirada de Cuba de los cohetes de alcance medio soviéticos, de acuerdo con el compromiso contraído por la URSS con los Estados Unidos
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