Frente al reciente auge de la producción de petróleo y gas no convencional, el Gobierno de Estados Unidos flexibilizó las normas y expidió cerca de medio centenar de licencias, que permite convertir gas seco a gas licuado para poderlo despachar a los mercados mundiales.
En este sentido, ya fueron autorizadas las instalaciones portuarias en Florida y Golfo de México para despachar LNG. En el condado de Martin quedarán ubicadas las primeras instalaciones del puerto de despacho de Gas Natural Licuado (LNG), autorizadas por el Gobierno estadounidense después de una larga prohibición de casi 40 años.
Dos de las nuevas instalaciones que han recibido luz verde están a cargo de la empresa Carib Energy, subsidiaria de la gigante Crowley Petroleum, en la Florida, como único puerto de embarque de las costa Este, y el Sabine Pass, en límites entre Luisiana y Texas, en el Golfo de México, aprobado a la compañía Cheniere Energy.
La Comisión de Regulación de Energía (FERC), en una primera fase, autorizó las exportaciones de LNG a países con los cuales Estados Unidos tiene tratados de libre comercio pero últimamente ha aprobado nueve licencias hacia naciones sin TLC.
El precio del gas seco, que se vende a México o Canada, ha caído a una tercera parte, mientras que el del gas licuado se ha incrementado a lo largo del primer semestre en el mercado internacional llegando a US$ 16,00 por cada MPC (Mil Pies Cúbicos).