La crisis de las empresas públicas

La historia económica de Bolivia registra varias etapas de intervencionismo del Estado en su existencia y desarrollo. Hacia mediados del siglo pasado se impulsó la creación de empresas estatales, pero, cincuenta años después, el proyecto estatista fue suspendido por las medidas de la llamada “capitalización”. Como reacción a esa actitud, desde principios de la presente centuria, se ha retornado a las políticas estatistas y algunas empresas fueron reactivadas, otras estatizadas (o“nacionalizadas”) y otras creadas.

Pero el asunto no sólo se limita a la aplicación de esa clase de medidas, sino a los resultados que permiten su funcionamiento, única forma de constatar que esa “política” es correcta o incorrecta. En efecto, esa apreciación puede ser evaluada sobre la base de una información de la gerencia del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (SEDEM), entidad estatal que reconoció que de nueve empresas que forman parte de esa entidad, sólo cuatro están en producción y generan utilidades, mientras las otras cinco atraviesan dificultades, aunque no se informó en qué consisten ni en qué magnitud afectan su existencia.

Aunque la autoridad encargada de SEDEM no precisó nombres de las cuatro empresas que generan utilidades ni de las cinco que están trabajando a pérdida, sugirió que Papelbol tuvo “grandes problemas con el proveedor brasileño”, desde el momento que tuvo que realizar una reingeniería en el proyecto que le permita producir 15.000 toneladas de papel frente a una demanda interna de 47.000 toneladas.

Se recordó que la construcción de Papelbol estuvo a cargo de la brasileña D´Andrea Agrimport Importacao y Comercio, pero que ésta incumplió el contrato y obligó al Estado boliviano a plantear un juicio penal por estafa. Al respecto se destacó que el Gobierno boliviano invirtió en la adquisición de maquinaria 13 millones y medio de dólares, pero que la empresa extranjera, hoy sometida a una acción penal, sólo entregó equipos por 6 millones de dólares.

Entre las empresas con algún provecho estarían Cartonbol y Lacteosbol, mientras se encuentran en construcción la Empresa de Cemento de Bolivia (Ecebol), y las de menor magnitud destinadas a industrializar Estevia y Miel, que adquieren conocimientos, innovan procesos, respetan el medio ambiente y otros. Sin embargo, pese a esos datos que ofrecen algunas referencias optimistas, no se hace la menor información acerca de las dificultades que estarían sufriendo otras cinco empresas, cuyos nombres no se divulgó.