Reflexionemos con Fe, Amor, Paz y Alegría

“Vivir sin hacer daño y morirse de repente, son la envidiable vida y la envidiable muerte”. (Tomado de una placa en el Cementerio General de la ciudad de La Paz – Bolivia).

Envidiable Vida realmente, aquella que sin hacer daño ni causar el dolor ajeno, lleva la gente de Paz infinita en su corazón, porque la Paz interior se consigue a fuerza de práctica en las labores sencillas de la humildad, y la entrega total de su persona al bienestar del prójimo, que comienza en casa para extenderse luego al entorno, mostrando lo sencillo que es entregarse, y dar el todo de Uno, para los demás.

Envidiable porque cuantas veces queremos vivir una vida plena, y solo conseguimos ser ricos en cosas materiales, con todos los problemas que aquello conlleva, y no tenemos la Paz Espiritual que la vida mundana no brinda, lo cierto es que el trabajo y las labores que hagas a favor de los tuyos y del prójimo son las que te llevan de la mano a una vida en Armonía contigo Mismo y con el entorno.

Se debe comenzar a tomar la vida con el verdadero sentido que tiene, este es un planeta donde encarnamos para aprender, expiar y probarnos que tenemos más que simples sentimientos de supervivencia, y que son cosas que nos van a ayudar a seguir en este avance para llegar “a los pies del Amado padre”, pero también tenemos que aceptar restricciones que tenemos como seres fisico-espirituales, en lo físico la restricción de la vida cuando llega la Desencarnación, que también es parte de la vida, cumpliendo la fatalidad de los seres en avance de que todo ser que nace también tiene que desencarnar.

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