¿La tierra es para quien la trabaja?

Si bien los cambios estructurales de la sociedad han marcado hitos importantes en la historia de Bolivia, como lo fue la aplicación de la Reforma Agraria en el año 1953 mediante la cual se tuvo proyectado la otorgación de tierras para cientos de campesinos que carecían para realizar sus habituales faenas agrícolas y así contar con una forma de sustento económico y social mediante la producción agropecuaria, en los años sucesivos se tuvo en occidente y en oriente una importante transformación en la economía boliviana, hasta en esta década en que la producción agropecuaria es el principal puntal para aportar a la seguridad y soberanía alimentaria.

Sin embargo, los constantes avasallamientos de tierras que se han dado en los últimos días han visto sólo como un bien económico la apropiación indebida de cientos de hectáreas en forma ilegal y no darle así la función económica social que se tiene como premisa en la actual Constitución Política del Estado Plurinacional, en la que se sustenta esta atribución, y más aún ahora es un justificativo para apropiarse en forma ilegal de cientos de hectáreas; contradiciendo así el mandamiento de la constitución.

Desde ya esa forma de avasallar las tierras en forma arbitraria e irresponsable con el único fin de sólo apropiarse y no producir está ocasionando retroceso en la producción, más ahora que se habla de ampliar la frontera agrícola. Sin duda este ejercicio ilegal desincentiva a los productores por la falta de seguridad jurídica y los avasallamientos en forma inconsulta es un freno a un modelo de crecimiento.

Los avasallamientos de acuerdo a reportes de los productores se intensificaron desde el año 2011 y hasta hora no se ha encontrado solución y más aún se intensificó está situación nada favorable para el sector, teniendo en cuenta que la idea es crecer en la frontera agrícola, teniendo en cuenta que más de dos millones de bolivianos viven en la pobreza y el sector agro productivo genera fuentes de empleo. Si bien se logran mediante la producción agropecuaria alrededor de 15 millones de toneladas de alimentos, mejorando la productividad se podría generar 45 millones de toneladas de alimentos requeridos en el mercado interno y mucho más en el mercado externo.

Se habla de 120 predios avasallados en Santa Cruz y de otros que ocurren en otros departamentos y regiones, por lo que se espera que estos vuelvan a producir y generar fuentes de empleo, mediante el crecimiento de la frontera agrícola, el sector agrícola y agroindustrial para aportar en la economía.

La agenda productiva en estas condiciones debería ser de crecer hasta alcanzar el objetivo de combatir la pobreza y el atraso en el área rural y así darle la verdadera función económica social a la tierra.