Laura Jaimes
Estética, rebeldía o por seguir la moda, son muchos los jóvenes adolescentes que sorprenden a sus padres. “Mamá, quiero hacerme un piercing”.
Agujerear, perforar, atravesar. Del verbo to pierce, en gerundio, piercing. Se perfora, agujerea o atraviesa una parte de nuestro cuerpo para insertar aros, pendientes o dilataciones.
La moda del piercing
Lo de agujerearnos partes de nuestro cuerpo no es una moda actual. A las mujeres ya nos lo hacían hace muchos años, nos marcaban con dos agujeros, uno en cada oreja, sin preguntarnos, sin pedirnos nuestra opinión, sin saber si los querríamos llevar en un futuro.
El adolescente debe ser consciente de los riesgos del piercing
Como en muchas cosas, decidían por nosotras. Y punto. Y no digas nada, pues eres una bebé recién nacida, y dan igual tus orejas... o tus futuras opiniones. Eres mujer, pendientes, perforación, si eres hombre, has sido afortunado, te libras.
Distintas culturas frente a los piercings
Las perforaciones en distintas zonas del cuerpo humano son parte de la cultura, y en cada civilización perforan en distintas zonas, o por distintas razones, ya sea por motivos estéticos, o religiosos. Según algunas culturas significa tu cambio de niña a mujer, y está relacionada con tu pubertad y tu vida sexual.
Así que el llevar piercings puede significar distintas cosas según la cultura, aunque en la nuestra su significado es de tipo estético.
Edad mínima para hacerse un piercing
Me pregunto, ¿por qué mis padres tienen que decidir si me puedo hacer o no un agujero en la nariz, ombligo, labio, lengua, cuando ya decidieron perforarme las orejas al nacer?
En mi caso, debo decir que mi padre no quería. Pero igualmente, se me hicieron. Si acudes a un centro especializado en perforaciones puedes hacerte un piercing con total libertad y en la zona de tu cuerpo que quieras a partir de los 18 años. La edad mínima sería los 16 años.
Mi hijo/a quiere un piercing
Llevar piercing en distintas zonas de nuestro cuerpo es una moda que quizás comenzó a verse en España hace unos 18 ó 19 años. Entonces no los llevaban los jóvenes de 16 años, y no estaba tan extendido en pueblos pequeños. Pero empezaba a verse movimientos de locales especializados por las grandes ciudades.
Poco a poco se ha ido convirtiendo en algo muy habitual. A pesar de que no todo el mundo lleva, es normal ver a muchos chicos y chicas de entre 16 y 35 años con piercings. De hecho yo he llevado cinco, sin contar los cinco de las orejas. Y tengo 31 años.
Si le negamos a un hijo hacerse un piercing, es probable que lo haga por su cuenta con peores garantías de higiene
Pero ahora cada vez es más común que nuestros hijos pre adolescentes, o recién adolescentes, nos pidan que quieren llevar uno. El solo hecho de hablarlo en casa ya es el primer punto positivo. Y en mi humilde opinión, si se trata de una chica, ¿por qué le vas a negar algo que tú mismo le hiciste al nacer?
Puede que nos gusten estas modas más o menos. Puede que como yo, hayas llevado piercings y sepas lo que es, lo que duele, lo que cuestan económicamente, y lo que pasa cuando te cansas de la moda y te los quitas, las marcas que quedan en tu cuerpo para siempre. Aunque el agujero se cierre, nunca se cerrará del todo.
Sea como fuere, si nuestros hijos adolescentes quieren uno, lo mejor es que les informemos de todo lo que conlleva. Como por ejemplo, ¿cómo lo vas a pagar? O los riesgos que pueden tener, o los cuidados que necesitan hasta su cicatrización.
¿Dónde acudir?
Ante todo, si en casa se decide que puede hacerse el piercing, hay que acudir a una persona que sea profesional de body piercing, y a un local que siga todas las medidas de seguridad y de higiene que la ley establece. Informaros antes de ir, o visitar varios sitios donde los hagan, para poder escoger sin luego encontrarse con sorpresas.
Aunque estos temas están bastante controlados, y pasan sus controles de sanidad, deben tener su material de un solo uso, y una serie de normas que hay que seguir para poder realizar las perforaciones, y por supuesto la persona que lo realiza debe estar formada.
Cuidados que requiere el piercing
- Lávate bien las manos con jabón antes de tocarte el piercing.
- Debes intentar llevar el piercing al aire, según la zona será más difícil, pero se curará mucho antes si está ventilado.
- Debes tener especial cuidado con la ropa que vaya a estar en contacto con el piercing, tanto de cama, como la nuestra, debe estar muy limpia, y a ser posible de algodón.
- Lávalo normalmente con agua y jabón normal con tu ducha diaria.
- Ten cuidado de no engancharte con la ropa, pues podrías dañarte.
Posibles riesgos de los piercings
Pueden ocasionar infecciones: leves en las que no se perdería el piercing, o más graves, en las que deberías quitarte el piercing.
Erisipela. Infección en la piel que se manifiesta con lesiones en forma de placas rojas, fiebre alta y escalofríos.
Hepatitis. Inflamación del hígado causada por el ataque de virus (A, B, C, D o E) que puede ocasionar que éste deje de funcionar.
Impétigo. Infección en la piel por infestación de bacterias que da lugar a la formación de ulceraciones y/o ampollas llenas de agua o pus.
Sida. Última fase de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, que se caracteriza por destruir las defensas del organismo.
Tétanos. La bacteria causante de esta enfermedad generalmente se encuentra en el suelo, pero puede introducirse a heridas de cualquier parte del cuerpo, dando lugar a rigidez muscular, convulsiones e incapacidad para respirar.
La decisión del piercing
Una vez hablados los posibles riesgos, los cuidados que conlleva, o de qué forma se pagará el piercing, también podemos explicar a nuestros hijos nuestra postura. Si realmente nos gusta la idea o no nos hace gracia alguna.
Si se decide que sí, posiblemente tu hijo/a estará muy feliz, y podrá hacerlo junto a ti, en tu compañía, y confiará en ti si se le infecta, o si le molesta.
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