La desaparición de 43 estudiantes a manos de policías locales hace casi tres semanas mantiene en vilo a la sociedad mexicana y al Gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya estrategia de seguridad es blanco de críticas internas y externas por la falta de resultados.
El presidente Peña Nieto admitió ayer que “la tarea más importante” de su gabinete de seguridad “en este momento es encontrar a los jóvenes estudiantes” que desaparecieron en Iguala el 26 de septiembre tras una noche violenta en la que murieron seis personas.
Peña Nieto urgió a sus colaboradores a trabajar de manera intensa para esclarecer este caso, que representa, dijo, “un gran reto para todo el Estado mexicano en su conjunto”, informó Efe.
La imagen del Gobierno entró en franco deterioro después de que saliera a luz pública que varios militares estuvieron involucrados en el asesinato de al menos ocho presuntos delincuentes que se habían rendido tras un enfrentamiento con soldados en el municipio de Tlatlaya, en el Estado de México.