Álvaro Numbela Tejada
Sobre bases sólidas es que se puede apreciar finamente la eficacidad de un sistema judicial. Hasta el momento, sólo se tiene aprestos -para una justicia- que no mejora. Sin embargo, los responsables tienen nociones duras y torpes a propósito de la realidad judicial.
El punto débil en la información
Desde el 18 de diciembre de 2013 se repite “que se ESTABLECERÁ cárcel para jueces y fiscales que no culminen con sus casos en seis meses o un año, bajo el delito de retardación de justicia” (1). Por otra parte, el 26 de septiembre de 2014 se conformó una Mesa Sectorial de Justicia “para tener un análisis técnico, sobre todo de los temas preocupantes como la retardación de justicia y la corrupción” (2). A escasos días y en fecha 9 de octubre de 2014, la Srta. Ministra de Justicia cambia de perspectiva y da otra visión. Doña Sandra Gutiérrez ratifica “que en su despacho se elabora una ley corta para sancionar a jueces y fiscales que no cumplan con los plazos procesales de manera premeditada, incluso estas autoridades podrían ser encarceladas” (3). Finalmente, todavía se anuncia que con la ayuda de las universidades se podría buscar a los mejores hombres para la judicatura. Y para terminar con este rosario de desaciertos, se habla irresponsablemente de que fue un error elegir a los “magistrados”; que representa “una lágrima” la judicatura, que continúa torturando a los ciudadanos litigantes por cinco o diez años de retraso judicial…
Después de tanta impresión que da cuenta la información, surge la cuestión legítima a saber: ¿Podrá la justicia ser eficiente con aquellas bases diseñadas, artificialmente?... ¿Mejorar en alguna medida?... NO, simplemente.
Punto alto para mejorar
De la manera deseada o imaginada por las autoridades, lamentablemente la cosa no irá bien. La JUSTICIA es la institución clave de todo Estado de derecho. La justicia constituye los principios fundadores y de las tendencias actuales de la sociedad boliviana. Y lo que es mejor, la justicia independiente querida por el pueblo de Bolivia, tiene una indudable organización especializada. Por todo ello, la cuestión judicial debe merecer atención especial de gente que SABE. Es el Pueblo que ha puesto órganos independientes que cooperan en la guarda y custodia de la Constitución. Contrariamente, el Soberano no ha establecido: “comisarías”, menos cárceles, peor aún, órganos de gobierno para el Poder Judicial. Si se busca de verdad el mejoramiento del sistema judicial, es menester saber que la EFICACIDAD está, primero, en la calidad del personal, reforzado por el nivel de la formación continua, proporcionada por una real Escuela Nacional de la Magistratura. Luego, ella está también en la forma de trabajo de los jueces. Entonces, si se goza de una organización autónoma para el Poder Judicial, ¿Por qué no se perfecciona la misma? Al límite de esta ausencia, se tiene que saber algo a propósito del Sistema Procesal Común, porque ¡ahí está la salida útil! Ahí va no solamente la solución al servicio nacional de justicia, sino que ahí va la problemática contemporánea del desarrollo o el necesario perfeccionamiento de las formas de organización político-social. Y sin necesidad de contratar consultoras que marcan el paso a la improvisación o al lucro.
1.- Los Tiempos: Ministra ratifica ley para sancionar a jueces y fiscales. Cochabamba, 9 de octubre de 2014. Pág. 1
2.- Correo del Sur: Se conformó la Mesa Sectorial de Justicia. Sucre, 26 de septiembre de 2014. Pág. 1
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