Latinoamérica terminó “su fiesta económica”

El no aprovechamiento para aplicar reformas estructurales, no haber promovido el crecimiento mediante la producción ni haber realizado ajustes que permitan solidez a las economías en los años de auge, serían las principales causas para que haya “terminado la fiesta económica” en nuestro continente, según técnicos economistas del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo en reunión efectuada en Washington.

Lo expresado por esos altos miembros de la economía mundial es preocupante; uno de ellos, directivo del BID expresó: “La fiesta ha terminado y los vientos a favor se han convertido en vientos en contra y que es posible que la región crezca sólo en un 1,5% este año, por debajo de lo previsto por el FMI, del 2%”. Se ha sostenido en la reunión que parte del problema “especialmente al freno de la economía brasileña, que ha cumplido dos trimestres seguidos de crecimiento negativo y, además, los problemas económicos que enfrentan Venezuela y Argentina”.

Por su parte, el representante del Banco Mundial expresó que “para América Latina la actual desaceleración que se está registrando es un fenómeno nuevo para el continente, acostumbrado a los ciclos abruptos de auge y caída”. Por el contrario, los economistas resaltan lo que ocurre con Centroamérica y México, donde se estima “empezarán a verse los resultados positivos de las reformas estructurales y se aproveche el impulso de la recuperación de la economía estadounidense”.

Lo cierto es que cuando se debía aprovechar los momentos de auge de la economía, producidos por efecto del alza de precios de las materias primas, como no había ocurrido en la historia económica mundial, no se supo aprovecharlos promoviendo la creación de fuentes de riqueza que generen empleo y, sobre todo, crear incentivos a la producción y promoción de rubros que antes no tuvieron importancia y que la demanda mundial exigió.

Para el caso de Bolivia, no se aprovechó en absoluto los momentos altos de la economía mundial y “contentos y satisfechos” con la explotación y exportación de gas, hemos creído alcanzar una solidez económica inquebrantable. No supimos crear nuevos rubros económico – industriales - comerciales; nos hemos quedado con lo que se tenía y, por el contrario, se ha suprimido fuentes de producción. No llevamos a cabo trabajos de prospección, exploración y explotación de nuevos campos petroleros y gasíferos y menos hemos incursionado en la minería, rubro éste que podría ser sustento principal de nuestra economía.

Haber desaprovechado momentos de auge implicará, lógicamente, que se hayan terminado los momentos festivos para el país y, ahora, si se trata de adoptar medidas, tal vez resulte muy tarde porque hasta que se implemente proyectos, se realice inversiones, etc., pasará mucho tiempo.