Ha transcurrido año y medio desde que asumió el mando en abril del 2013. Y sin embargo en tan corto tiempo Nicolás Maduro ha registrado la mayor caída de popularidad en los sondeos de opinión que haya tenido presidente alguno en Venezuela, lo que ha impulsado una costosa campaña de propaganda internacional para revertir su deteriorada imagen.
Según publicación de ABC.es, diversas empresas de encuestas como Datanalisis, Datincorp e IVAD (Instituto Venezolano de Analisisis de Datos) coinciden en destacar la pérdida de puntos que acumula el mandatario cuya popularidad ronda el 30% (entre 12 y 15 puntos menos) y la aceptación oscila en 23%, especialmente entre sus partidarios y los sectores sociales más pobres, que antes eran bastiones de Hugo Chávez.
El heredero del difunto presidente ya no convence ni a los propios chavistas. Recientemente, antes del Congreso del PSUV en julio, se hicieron sentir las voces disidentes de importantes dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
El asunto culminó con la suspensión de Héctor Navarro, eterno ministro de Chávez, y la descalificación de todos los que se atrevieron a pronunciarse en contra de la gestión de gobierno de Maduro: Freddy Bernal, Ana Elisa Osorio o Víctor Álvarez, entre muchos otros.