Auditoría al Cómputo Oficial

Se está convirtiendo en un clamor público el demandar que se realice una auditoría al Cómputo Oficial de las elecciones generales del día 12. El TSE (Tribunal Supremo Electoral) creó desconfianza en su labor, por las perceptibles deficiencias e irregularidades en que incurrió.

Tan evidente es lo anterior que la propia presidenta del TSE, Wilma Velasco, pidió “disculpas por los errores cometidos”. De su parte, el presidente Evo Morales declaró que el trabajo del organismo electoral “dejó mucho que desear”. La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, seguramente recogiendo el sentir oficial, planteó que los partidos políticos evalúen la labor del TSE. Para aplicar la idea, faltaría una orden oficial que la viabilice.

La auditoría técnica al TSE fue pedida también por representantes de organizaciones sociales, como la Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam), la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, en reunión que sostuvieron con el presidente Morales, efectuada la mañana del sábado último, en el Palacio de Gobierno.

Voceros de esas organizaciones explicaron que con esa medida se pretende respaldar la victoria de Morales. Ciertamente, de no llevarse a cabo la auditoría, en la ciudadanía boliviana quedará en la incertidumbre el porcentaje efectivo que el TSE le atribuye haber obtenido al mandatario, en la justa electoral.

Aunque esta es una cuestión de fondo que corresponde dilucidársela cuanto antes, en general todo el Cómputo realizado por el TSE igualmente se advierte que carece de la credibilidad nacional e internacional. Un enviado de la CNN para cubrir la elección, Carlos Montero, comentó a un diario local que el TSE debía dar resultados el domingo, “estuvimos esperando”.

El propio presidente de la misión de observadores de la OEA (Organización de Estados Americanos), Álvaro Colom, ex presidente de Guatemala, consideró “muy crítico” el sistema de transmisión de datos para el cómputo de votos usado por el TSE.

Más aún, Colom dijo que “el no conocerse los resultados horas después de la jornada electoral es un “gran riesgo”. Con ello, implícitamente, dio a entender que, entre otras irregularidades, los datos de las urnas puede ser distorsionadas.

La Presidenta del TSE había anunciado que en la misma noche de las elecciones se daría a conocer el 70% del Cómputo Oficial y el resto a primera hora del día siguiente. No sucedió ello, por lo que, con toda razón, no se puede reconocer ahora la validez de un escrutinio que hasta hoy ni siquiera se lo concluyó en el 100%.

La misma autoridad refirió que el próximo domingo se realizarán nuevas votaciones en 44 mesas en Santa Cruz y cinco en Oruro. Estas son, inevitablemente, demostraciones de que hubo irregularidades en el día de la elección.

Sin embargo, los informes en este sentido se repiten en Tarija, Chuquisaca y Pando. En este último departamento se dieron a conocer dos cómputos oficiales dispares. Se trató de explicar que en una de las sumatorias hubo cambios en dos números, pero esta es una explicación tan ingenua que hasta resulta burlesca para la inteligencia de los bolivianos.

En La Paz ocurrió, asimismo, algo muy extraño. En la Unidad Educativa Club de Leones se perdieron nueve actas en blanco el día anterior a los comicios. Si bien, para el momento de los escrutinios se dispuso de otras, un robo de actas en blanca no es nada inocente. Sin duda, tuvo una intencionalidad y esta puede consistir en llenarlas para cambiarlas con otras que tengan resultados desfavorables para el o los autores del delito.

La Notaria Electoral que experimentó el robo, declaró a una estación televisiva que cuando dio parte de lo ocurrido, le recomendaron que se calle y mejor si abandona el país. Este episodio puede parecer trivial, pero su trasfondo se presta a conjeturas que afectan al proceso electoral.

Otro indicador que ahonda la incredulidad en la limpidez de la consulta ciudadana es aquella en la que el principal dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Damián Condori, declaró al periodismo que esta organización decidió controlar el voto a favor de Evo Morales (26 de agosto de 2014).

“Es un control orgánico; en el área rural es muy familiarizado, entre nosotros nos conocemos. Está prohibido (además) votar cruzado. En la democracia comunitaria tenemos que respetar la decisión de la mayoría”, agregó Condori.

Acerca de ello, no se conoció que hubiese habido alguna consulta formal en las comunidades sobre este particular, para asegurar que “tenemos que respetar la decisión de la mayoría”.

La Constitución vigente, aprobada en el gobierno actual, expresa sobre este particular lo siguiente, en la Sección II Derechos Políticos, artículo 26.I., parágrafo 3: “Donde se practique la democracia comunitaria, los procesos electorales se ejercerán según normas y procedimientos propios, supervisados por el Órgano Electoral, siempre y cuando el acto electoral no esté sujeto al voto igual, universal, directo, secreto, libre y obligatorio”.

Hasta donde se supo públicamente, el TSE no ejerció tal supervisión en el área rural del territorio nacional. Tampoco hubo delegados de los partidos participantes en la contienda electoral. Por anticipado los sindicalistas del campo les advirtieron que no permitirán su presencia.

Las cuatro candidaturas opositoras que intervinieron en las elecciones tuvieron en huelga de hambre, en el Tribunal Departamental Electoral de La Paz, a un grupo de sus representantes. Exigían transparencia en el conteo y la revisión de las papeletas de voto.

La Presidenta y vocales del TSE han sostenido, de manera reiterada, que el proceso electoral se llevó a efecto con absoluta regularidad y transparencia, por lo que rechazaron los múltiples cuestionamientos e insuficiencias que se le formulan.

En tal caso, el TSE tiene que ser el primero en demostrar que actuó con total prolijidad en las elecciones generales del 12 de diciembre. Y, para demostrar ello, en forma fehaciente y contundente, a lo que tiene que acceder es a un nuevo escrutinio de las actas de votación, en presencia de los más interesados, las cinco candidaturas que compitieron en las urnas. No hacerlo, es como ocultar algo, o por lo menos desatar sospechas que le restan credibilidad.

El TSE tiene que comprender que nadie está poniendo en duda que el presidente Morales fue reelecto para un tercer mandato continuo. De lo que se trata es de dar plena legitimidad a su triunfo. De igual forma, le atañe proteger, sobre todas las cosas, la respetabilidad de su institucionalidad, pues al presente se halla en entredicho, si acaso no en el subterfugio, lo que es inaceptable en el desempeño de una trascendental función pública.