Caminan kilómetros para llegar a sus hogares

Otro de los problemas que preocupa a los habitantes de la urbanización Julián Apaza 4 es la falta de transporte público, ya que, debido a lo alejado que se encuentran el barrio, no existe ningún sindicato de minibuses se brinde el servicio a la zona.

Esta actitud que nace junto a la fundación de la zona obliga a niños y personas mayores a caminar todos los días varios kilómetros para llegar a sus unidades educativas o sus fuentes de trabajo.

Otro de los temas que causa este problema es lo empinado de las vías para llegar hasta la urbanización, por lo que actualmente los vecinos usan un tiempo de una hora para llegar a sus hogares desde la carretera a Copacabana, lo que es una travesía peligrosa, especialmente por las noches, a falta de alumbrado público.

VELOZ DEL NORTE

En la actualidad y de manera informal presta sus servicios a la zona y otros sectores aledaños a la misma, un grupo de taxis agrupados en el sindicato Veloz de Norte, con una tarifa de dos bolivianos desde la carretera a Copacabana, hasta la zona Julián Apaza 4, pero que debido a la demanda en muchas de las ocasiones el servicio es aprovechado por los dueños de este servicio quienes llegan a cobrar hasta 10 bolivianos en horas donde ya no existe muchos de estos motorizados.

“Debido a que son los únicos que nos prestan el servicio algunos de los choferes se aprovechan, cuando les pedimos que nos lleven algunas cuadras más especialmente en horas de la noche, quienes intentan cobrarnos hasta 10 bolivianos, que es un abuso a la economía con que contamos nosotros, porque la mayoría somos procedente del área rural y no tenemos mucha posibilidad de pagar eso montos”, señaló uno de los vecinos.

FALTA DE DOCUMENTOS

La falta de documentos de la zona, planimetría y otros, han hecho que durante todo este tiempo desde la fundación de la zona, no puedan contar con la construcción de un módulo policial, un centro de salud, campos deportivos y una unidad educativa.

La urbanización sólo cuenta con una sede social que fue construida con el sacrificio económico de los propios vecinos, lo que ahora llega a una primera etapa de la obra bruta ya que fue construida con un costo de 8 mil bolivianos, pero que la preocupación es una segunda fase de la obra fina que según los propios vecinos deberán invertir un monto similar.

La falta de planimetría y otros documentos hacen que la zona no pueda contar con un monto económico parte del Plan Operativo Anual (POA), que proporciona el municipio, a pesar de que existe un POA distrital al que no pueden acceder a falta de ese requisito.