La infertilidad, las alteraciones menstruales y la esterilidad son algunas de las consecuencias más frecuentes de las malformaciones uterinas, acompañadas de otras que afectan el aparato genito-urinario; además de algunos casos asintomáticos de gestación y parto normal que son hallados al azar.
“Durante la vida fetal, el útero se desarrolla a partir de dos tubos llamados conductos de Müller, los cuales en las primeras semanas de gestación, se fusionan y la pared que los separa se disuelve para formar el útero, el cuello uterino y la vagina. Cuando existen alteraciones de este proceso se originan las malformaciones müllerianas”, explicó la ginecóloga María Esther Lecoña.
Alrededor del 7 por ciento de las mujeres en edad fértil presentan este tipo de patologías cromosómicas, que por lo general tienen un origen genético y en otros casos provocados por abortos o por algún tipo de medicamentos consumidos durante la etapa gestacional.
DIAGNÓSTICO
Según Lecoña, existen estudios especializados para detectar estos problemas, en algunos casos puede ser con una buena ecografía, pero los más recomendables son: histerosonograma e histerosalpingografía. Estas pruebas permiten observar la cavidad uterina en su totalidad y detectar alguna falla.
“El histerosonograma es un estudio que consiste en introducir un líquido en la cavidad uterina y se toma una serie de fotografías. Muy similar es la histerosalpingografía que utiliza un contraste que permite tomar radiografías de la matriz y las trompas de Falopio para determinar si hay alguna malformación uterina, pólipos, tabiques incompletos, entre otros”, explicó Lecoña.
CAUSAS
Las causas más frecuentes de las malformaciones uterinas son problemas congénitos y hereditarios, pero en otros casos pueden ser adquiridos como consecuencia de la exposición fetal a radiación, medicamentos o por legrados practicados en forma continua.
“El síndrome de Asherman habla precisamente de este problema adquirido luego de un procedimiento un poco más agresivo en el que se ha raspado la cavidad uterina por demás, dejando como secuelas cicatrices (adherencias) que puede producirse luego de abortos o cirugías uterinas”, aseguró la ginecóloga.
TIPOS DE MALFORMACIONES
Existen diferentes tipos de malformaciones y entre las más comunes están: agenesia mülleriana o ausencia de útero, útero unicorne y bicorne, útero doble o didelfo, útero septado, arcuato y útero en forma de T.
1.- Ausencia de útero.- Esta condición es poco común y se caracteriza por la ausencia de los conductos de Müller, que en el desarrollo embrionario dan lugar al útero. La agenesia mülleriana es una de las malformaciones más severas y en ocasiones acompañada de problemas en el desarrollo del cuello cervical y la vagina.
2.- Utero unicorne.- Se produce cuando se desarrolla uno de los conductos de Müller, lo que provoca que el útero crezca sólo hasta la mitad de su tamaño normal y la mujer sólo tiene una trompa de Falopio.
3.- Utero doble o didelfo.- En este caso ambos conductos de Müller se desarrollan, pero no llegan a fusionarse, por lo que la paciente tiene dos cavidades uterinas, cada una con su propio cuello uterino y su propia vagina.
4.- Utero bicorne.- Se debe a una fusión incompleta de los conductos de Müller y el útero tiene una depresión en su parte superior, por lo que en lugar de tener una forma usual de pera tiene la forma de corazón.
5.- Utero septado.- Esta es la malformación uterina más frecuente con una frecuencia del 50 por ciento. El útero está dividido por una pared o septo que comienza en la parte superior de la cavidad uterina y se puede extender hasta el cuello cervical.
6.- Utero arcuato.- Se presenta como una variante del útero septado en el que el septo o pared es mucho menos pronunciado. Por lo general, las mujeres con este tipo de útero no tienen problemas de fertilidad.
7.- Utero en forma de T.- Esta dificultad es menos común y se produce en las hijas de las mujeres que consumieron dietilestilbestrol durante el embarazo, que fue retirado del mercado en 1975. Sin embargo, es utilizado en algunos casos para disminuir el riesgo de aborto en el primer trimestre del embarazo.
“Muchas de las malformaciones pueden causar infertilidad, porque provocan abortos espontáneos recurrentes, ya que la cavidad uterina no brinda las condiciones necesarias para un desarrollo normal del producto y el embarazo no llega a término”, explicó la ginecóloga.
TRATAMIENTOS
En casi todos los casos, el tratamiento pasa por una intervención quirúrgica, que en la actualidad es de mínima invasión como la histeroscopia por vía vaginal, donde se puede modificar aquellos desarreglos que se encuentren en la cavidad uterina y se tenga la posibilidad de recurir a la fertilización asistida para la concepción.
“Como el tratamiento pasa por un procedimiento quirúrgico, si la paciente desea embarazarse deberá esperar un mínimo de 6 meses a un año para que su matriz repose con ayuda de anticonceptivos orales. Caso contrario, como existe una cicatriz ésta se puede abrir al producirse el desarrollo fetal”, dijo la especialista.
Lecoña finalizó indicando que uno de los casos en que la mujer no llega a tener un embarazo es precisamente en la agenesia vaginal, porque si bien se reconstruye el órgano, no puede hacer lo mismo con la parte interna necesaria para este proceso.
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