Cementerio La Llamita, foco de contaminación

Olores nauseabundos, yerba crecida, heces fecales, basura, ataúdes quemándose, nichos en mal estado y un grupo de alcohólicos bebiendo dentro del Camposanto es lo que evidenció EL DIARIO en un recorrido que realizó por el Cementerio “La Llamita”, ubicado en la avenida Periférica, al norte de la ciudad de La Paz.

Un espacio de terreno que fue aprovechado por dolientes para enterrar a sus difuntos, dañando el medioambiente y abandonado por autoridades municipales, eso es La Llamita, que no tiene nada de condiciones básicas que requiere un cementerio como vías, calles, callejones, agua, energía eléctrica, un sereno, un administrador y obviamente la respectiva seguridad a los dolientes.

A pocos días de celebrar la Fiesta de Todos Santos, varios dolientes se apersonaron al camposanto para realizar algunos arreglos a los nichos de sus difuntos que están enterrados hace varios años.

Algunas personas señalaron que enterraron ahí a sus muertos porque se encuentra cerca de sus casas y por falta de recursos económicos pese a que el lugar es inseguro.

Manifestaron que para enterrar los cuerpos sólo deben encontrar un espacio libre y cavar un hueco ya que no existe ningún tipo de control, por ello es que, en algunos casos se entierra a las personas uno encima del otro.

Una doliente que no quiso ser identificada reveló que es muy peligroso visitar a sus parientes enterrados ya que el lugar es el refugio de muchos alcohólicos y no hay ningún tipo de seguridad.

LA VOZ DE LOS DOLIENTES

“Nosotros cuando venimos encontramos cadáveres, huesos y hasta brujería sobre todo los martes y viernes, días que desde las 5 se la tarde vienen tres señoras se ponen un poncho de nylon, fuman, mastican coca y en cada nicho, principalmente los que no tienen rejas, ponen una vela negra y luego queman los nichos y eso dicen que es brujería”, relató Martha Condori.

Paulina Mamani lamentó que nadie haga ningún tipo de control en este lugar que alberga a indigentes que profanan las tumbas recientes, esperando conseguir prendas de vestir o alguna joya.

Don Franz Nao, quien se encontraba arreglando la tumba de su mamá que falleció hace 17 años, dijo: “Este cementerio que es antiguo está totalmente olvidado, no tiene sereno, ni agua. Las mujeres no pueden venir porque hay muchos alcohólicos. Traemos flores y desaparecen a los cinco minutos y para dejar las flores también debemos comprar agua o traer desde nuestras casas”, manifestó.

Luis Omar se encontraba haciendo la tumba de su hijo que fue enterrado hace tres meses. “No tenemos agua, ni seguridad ahora estamos trabajando sin ninguna certeza de que mañana esté nuestra obra en el mismo estado. Para hacer el nicho compré ladrillos y cemento del frente y por eso me regalaron un balde de agua”, acotó.

EL MUNICIPIO

Consultado sobre el tema, el subacalde de la Periférica, Isaac Fernández, señaló que por ser este un cementerio clandestino, el municipio no tiene tuición para realizar el mantenimiento del mismo, sin embargo, coordinará con la Guardia Municipal para realizar los controles respectivos el día de Todos Santos.