Los grandes hombres se van en silencio, sin hacer daño a nadie dejan esta vida salpicada de ingratitud. Uno de ellos fue el intelectual Dr. Jorge Siles Salinas.
Conocí a este gran hombre en Roma-Italia en el año 1971, cuando mi persona era muy joven y hacía uso de una beca de la ONUDI. Me recibió en su residencia familiar en una visita que le hice con objeto de saludarlo. Me impresionaron su sencillez, su jerarquía intelectual y sus conocimientos ilustrativos. Después de un dialogo inicial lo escuché atentamente, y por su formación profesional sobre sociología jurídica, me ilustró didácticamente sobre los sofismas de Georgias, Hipias, Prodico, quienes según se los interpreta desconfiaban de las costumbres y de las tradiciones, porque consideraban que éstas eran una manifestación de la opresión del grupo que restaba libertad al individuo, y que además estigmatizaban la esclavitud, la jerarquía social tradicional y el carácter artificial y a veces ilícito de la ley.
El Dr. Salinas también me habló del pensamiento sociológico en la antigüedad, sobre Sócrates, Platón, Aristóteles, y sobre la familia, la sociedad, la política, los sistemas políticos y otros aspectos interesantes y muy novedosos en ese entonces. Me dijo más adelante, con respecto a nuestra situación en Bolivia, que los jóvenes seguidores del pensamiento de Oscar Únzaga de la Vega deben aprender que los grandes ideales y principios sobre todo se basan en la honestidad y la consecuencia es que éstos no se los compra ni vende ni se los practica.
Recuerdo muy bien sus expresiones y reflexiones en relación con el respeto a la dignidad. Para ello se requiere, me dijo, que todos los bolivianos participen activamente, pero en un ambiente de libertad y no de intimidación en sus labores cotidianas, apoyando iniciativas y acciones que enriquezcan la actividad nacional en la medida de sus posibilidades
En lo interno es cierto, me decía, “en los amplios movimientos populares que se han dado en Bolivia a veces tempestuosos se manifiesta en toda su dimensión y con toda su contrariedad la aspiración a la independencia económica y social a la democracia y a la justicia social… La idea de democratizar todas las instituciones nacionales se ha convertido en poderosa fuerza”.
Este gran intelectual nunca transigió con sus principios, que fueran de FSB. Incluso estando de Rector de la UMSA, al presentarse problemas políticos al interior de la casa de estudios superiores, alentados por grupos radicales, él tomó como decisión de dejar esa alta investidura para evitar la continuidad de un conflicto que nada tenía que ver con el rumbo académico e intelectual de la más grande universidad del país.
Es lamentable decirlo, pero al Dr. Jorge Siles Salinas, así como muchos intelectuales de la Patria, en vida nunca se le asignó el sitial que merecía por sus virtudes.
Vaya para este gran intelectual el más profundo homenaje y los más gratos recuerdos.
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