Dolientes esperan a difuntos

Las puertas de las casas de los que fallecieron en los últimos años, se abren para recibir a los parientes y amigos que visitan las mesas que se armaron en su honor, con diferentes elementos como flores, velas que iluminan, lo más sobresaliente son las masitas y "t'antawawas" que son elaboradas por los dolientes días antes; por su puesto a este altar no debe faltar la imagen y las comidas favoritas y frutas de ese difunto.

La mayor parte de los familiares de los difuntos, especialmente de los que fallecieron un año atrás, no escatimaron esfuerzos para preparar las tradicionales "t'antawawas".

El armado de la mesa varía según la región, por ejemplo en los Yungas de La Paz ponen postres, mientras que en el área altiplánica usan chuño; sin embargo, lo que no falta en las tumbas es la “t'antawawa”, caña, agua, cebolla con flor o “tocoros” además de pan.

Mucha gente tiene la creencia que la muerte es un ciclo más de la vida, por ese motivo se cree que las almas llegan con apetito y sed, además intervienen para que la tierra tenga buenas y abundantes cosechas, según explicó a EL DIARIO Gisela Carrasco, miembro de la Asociación de Panificadores Artesanales de Integración y Ramas Afines, quien hace tres años arma la mesa para los difuntos en el atrio de la iglesia Merced de la ciudad de La Paz.

“De acuerdo a las creencias que tenemos, el alma llega cansado y tenemos que esperarlo con un vasito de agua, refresco, comidita, tenemos un gallito para que cante cuando esté llegando”, dijo Carrasco.

Indicó que cada elemento que contiene la mesa tiene un significado muy importante las cuales no deben faltar en la mesa.

ELEMENTOS

Las “t’antawawas”, representan a los niños y se usa para recordar la pureza de los espíritus.

Las cebollas con flor son puestas en la mesa para que el difunto lleve agua en el viaje que realizará.

Las escaleras de pan facilitan a que el alma pueda subir al cielo de los espíritus.

Suspiros, dulces de color, pasakallas, se usan más para las almas de niños, a quienes les gusta el dulce.

Las retamas ahuyentan a los espíritus de los enemigos malos que puede haber en la senda del difunto.

El ají de arveja representa el perdón de pecados.

La caña de azúcar sirve de bastón para las almas.

TODOS SANTOS EN LAS PROVINCIAS

Cada provincia del departamento de La Paz tiene tradiciones propias y muy arraigadas entre sus pobladores, por ejemplo, en la provincia Aroma se elabora panes de trigo y cebada que se los pinta con semillas de ayrampo, fruto andino, para colocarlos en la mesa que se arma en honor a los difuntos.

Los tacanas arman la mesa con frutas propias del sector, el wiñapu (chica de maíz) y una variedad de comidas preparadas con carne de mono, peta (tortuga) y pescado, posteriormente, los familiares de los difuntos interpretan una serie de alabanzas y oraciones hasta el mediodía de mañana, pasada esa hora, comienza la fiesta de despedida con la interpretación del tiritiri, música ejecutada con un bombo, tambor y flautas hechas de tacuara.

En el pueblo kallawaya se espera a las ánimas sólo con comida.

En la provincia Los Andes se acostumbra armar las mesas a las 15:00 horas del 1 de noviembre, para que el alma conviva todo el día con sus familiares.