El libro, coescrito por Daniel Anrig y Erwin Niederberger, se ha publicado por el momento en alemán, aunque saldrá a la venta en Italia previsiblemente en enero de 2015 y posteriormente llegará a las librerías de España, Inglaterra y Francia, según explicó Geisser a Efe.
El volumen presenta, entre otras recetas, tres menús con tres de los platos favoritos de los últimos pontífices: Francisco, el papa emérito Benedicto XVI y el santo Juan Pablo II.
Además, la explicación del proceso de preparación viene acompañada de una foto que muestra el resultado del suculento manjar.
“Preguntamos a las Secretarías de los papas y nos dijeron sus menús preferidos, compuestos de primer plato, segundo y postre”, comentó Geisser.
Así, en la sección dedicada al actual obispo de Roma, los amantes de la gastronomía podrán aprender a cocinar el dulce de leche, una crema caramelizada muy popular en América Latina y “uno de los dulces favoritos” del pontífice argentino, confesó Geisser.
“Se cocina a base de leche, azúcar, bicarbonato, vainilla y un poco de coñac. El secreto está en cocer a fuego lento la leche y el azúcar, removiéndolos para que se mezclen, durante una hora, hasta que el líquido se oscurezca”, señaló.
Y prosiguió: “Después, se añadirá la vainilla, el bicarbonato y el coñac, y se mezcla hasta que alcance la consistencia deseada”.
El menú que más le gusta a Jorge Bergoglio se completa con dos platos más: las empanadas de carne y la colita de cuadril a la parrilla, una pieza de carne sin hueso que corresponde a la parte baja, externa y transversal del cuarto trasero de la res.
Encargado de contribuir a velar por la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano y también del papa, Geisser reconoció que “casi todos los días” puede dirigirse a Bergoglio y destacó de él su carácter amable y su placer por la comida.
“El papa Francisco es una persona que disfruta comiendo, siente placer por la comida, sobre todo la argentina, aunque no solo come comida de su tierra, sino que su dieta es variada e incluye también platos italianos”, contó.
Por el contrario, Joseph Ratzinger prefería los menús bávaros compuestos de “wurstsalat”, una ensalada con salchichas sin piel y cortadas en rodajas finas, acompañadas de tiras de cebollas y aderezadas con vinagre, aceite y sal.
También los filetes de cochinillo y los pasteles con azúcar espolvoreado por encima era habitualmente solicitados por el para emérito.
Los “pierogi”, uno de los platos más típicos de Polonia, eran a su vez los favoritos del santo Juan Pablo II, un primer plato “sencillo de cocinar” y cuyas técnicas de elaboración son ahora desveladas por este joven, autor de otros dos libros de recetas.
“Es una pasta rellena, parecida a los ravoli italianos”, explicó Geisser, que puede contener en su interior queso, puré de patatas, col, cebollas, carne y huevo duro.
Karol Wojtyla, además, solía comer carne de ave con pimientos y lombarda, y pastel de manzana con canela y azúcar espolvoreado por encima. (EFE)
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