Una montaña de diferencia

SEBASTIÁN CHÁVEZ

Así de simple, se puede hoy en día conocer el resultado de las competiciones de la máxima categoría del automovilismo deportivo mundial. Ayer Mercedes Benz, sumó 27 doblete de victorias igualando así a la escudería Mac Laren, que en el año 1988 marcó también esa diferencia.

Quinto palmarés consecutivo del inglés Hamilton en la gestión y su segunda victoria en Austin, pero con la maniobra de campeón vista en Estados Unidos, se debe reconocer que estamos a la espera de su segundo título merecido de Lewis, apoyado en el excelente rendimiento de la marca alemana. La pole de Rosberg, le sirvió para partir primero hasta el primer ingreso del coche de seguridad por el incidente de Sutil y Pérez, de ahí adelante soportó el asedio del inglés, quien después de salir de los pits, donde ingresó a repostar los neumáticos y comenzó a presionar a su compañero de equipo hasta que llegó el momento de superarlo y obtener superioridad en cada giro. Mientras los diseñadores, cierran el libro de este periodo resulta un buen momento para comenzar pensar en legados, porque para Mercedes Benz, su más grande satisfacción es la continuidad de victorias logradas este año.

El motor Mercedes, es el más fuerte, por lo que ese es el área de que los demás deben enfocarse, asumiendo que no hay problemas conceptuales inherentes al conjunto mecánico del motor, su desarrollo proviene principalmente del mapeo y de hacer el mejor uso del turbo y de la energía eléctrica disponible. Esto significa, que la integración de todos los sistemas que hacen funcionar al auto son optimizados constantemente y que tiene instalarse de la mejor manera, porque Mercedes mantiene un estructura plana de administración.

Creo, que la performance de Mercedes es el resultado del trabajo de que hizo Ross Brawn, quien trató de hacer encajar todo hasta lograr un equilibrio excepcional donde logró unir a dos pilotos talentosos, quienes aportan y mucho a este buen año de Mercedes Benz.