Nuevos roces entre el Estado y la Iglesia

Una serie de entredichos ha estado enturbiando las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica y entre las dos instituciones se han venido haciendo acusaciones cada vez más agudas, impasse que al parecer tiene tendencia a agravarse y llegar a niveles inesperados. Ese malestar se produce entre el Estado laico y el poder espiritual de la Iglesia, pese a la vigencia de la nueva Constitución que en su Artículo 4 establece: “Que el Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus convicciones. El Estado es independiente de la religión”.

Entre los primeros incidentes se encuentran algunas observaciones preelectorales de algunos prelados, las mismas que hicieron reaccionar al presidente Evo Morales, quien expresó en un discurso que elevaría su queja a S.S. el Papa Francisco, con el objetivo de remediar esas apreciaciones. Al respecto, días después, el primer mandatario viajó a Roma, donde se pensó que sus reclamaciones serían presentadas personalmente a S.S.

Sin embargo, pese a que ambos personajes tuvieron una reunión reservada de alrededor de una hora, nunca se hizo conocer cuáles fueron los temas estudiados ni las conclusiones a las que se llegó y menos que se hubiese puesto en tapete la queja que ofreció realizar el presidente Morales al Papa Francisco.

Para entonces, las asperezas parecía que habían sido limadas, empero en días recientes se reiniciaron los acometimientos, cuando el Arzobispo de Cochabamba afirmó que el pago del doble aguinaldo “hace hundir el barco”, con referencia a los hogares que sostiene en medio de grandes sacrificios. Esa autoridad eclesiástica agregó que no les alcanza los ingresos para atender 150 instituciones durante todo el año para cuidar a niños, ancianos, ciegos, discapacitados, etc.

La reacción oficial no tardó en producirse y el Ministro de Hacienda descartó la posibilidad de que el Tesoro de la Nación se haga cargo del doble aguinaldo para las instituciones que trabajan con la Iglesia, afirmación que coincidió con un mensaje de apoyo del Papa Francisco a los obispos bolivianos, en el que pidió continuar trabajando sin cansarse de hacer el bien y remarcando que “Me siento muy unido a cada uno de ustedes y deseo darles las gracias por todo lo que hacen a la Iglesia en Bolivia sin distinción de clases ni favoritismos”.

En otra respuesta, finalmente, la Iglesia afirmó que el Estado hace “gastos suntuosos” con su compra de “coches, aviones” y otros, conceptos que fueron criticados por algunos funcionarios oficiales en sentido que “los obispos deben ser nacionales” y que hasta se debería “nacionalizar la iglesia”, vale decir una acción directa contra lo establecido por la Constitución.