El Beni es un departamento de Bolivia excepcional, de llanura bucólica con lluvias y nieve derretida durante casi toda la mitad del año que proceden de las montañas del sur y del oeste, cubren como una alfombra de agua móvil e irregular muy imprevisible en su dimensión y termina por afluir a los ríos del norte del departamento pertenecientes a la cuenca del Amazonas. Por la elevada temperatura durante el resto del año se evapora el agua y emerge un profundo verdor de la vasta llanura asemejándose a un desierto vegetal que permanece a menudo inundada.
El Beni es un caso paradigma de antigua cultura; los indígenas que vivieron antes de la llegada de Colón construían caminos, puentes, canales, diques y terrenos elevados para el cultivo. Esta actividad no se reducía a una porción de nativos sino que era el esfuerzo de cientos de miles de per-sonas. Muchos investigadores y antropólogos creían que las tierras del Beni carecían de historia propiamente dicha y tuvieron que transcurrir muchas decenas de años para rectificar este dislate.
Los sorionos hablan una lengua perteneciente al grupo tupiguaraní, familia lingüística más importante de Sudamérica, que hacen pensar con fundamento que llegaron del norte varios siglos atrás antes que los misioneros españoles. Estos gru-pos de habla tupiguaraní, entre ellos los sirionos atacaron al imperio inca en los comienzos del siglo XVI. Aun no se sabe certeramente la causa del desplazamiento de los sirionos, aunque el motivo básico po-dría ser simplemente que el Beni estaba entonces escasamente poblado. Estos orígenes de los habitantes que prepararon el terreno con puentes, canales, caminos y campos elevados para el cultivo, datan o se remontan a más de tres mil años, siendo una sociedad prehistórica que creó uno de los entornos naturales más amplios, extraños y de ubérrima ecología que ja-más se ha dado en el planeta, científicamente diseñada por seres humanos, y, ahora recién, los estudiosos y antropólogos consideran el paisaje del Beni como una de las mayores obras de arte de la humanidad, obra que hasta ahora era completamente desconocida.
Con todo lo expresado en una forma razonable de resumir, lo sucedido en el Beni es que, por fin, ha comenzado a colmarse una de las mayores lagun-as de la historia antes de 1492, esta-bleciendo, según los avances de los conocimientos actuales, que se trata-ba de un lugar próspero, rico en histo-ria, de asombrosa diversidad, con cú-mulo de lenguas, cultura notable, co- mercio nutrido, es decir, una región donde centenas de miles de personas amaban y odiaban como en cualquier lugar del mundo y buena parte de ese mundo se evaporó después de Colón, exterminado por las enfermedades traídas de Europa y por el sometimien-to a los colonizadores.
Dr. Raúl Pino-Ichazo T. es Abogado Corporativo, postgrado en Arbitraje y Conciliación, Presidente de la Socie-dad de Escritores de Bolivia.
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