La nacionalización de los obispos

No cabe duda acerca de que la máxima primicia periodística de los últimos tiempos me la dio mi socia cuando la otra mañana ingresó emocionada y radiante a mi alcoba conyugal y sacudiendo mis albos camisones me dijo: “El gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) se dispone a decretar la ¡¡¡nacionalización de los obispos!!!”.

Ante noticia tan sensacional me restregué los ojos “chojñis” (léase lagañosos) y me abracé de mi comadre para decir la jaculatoria: “Perdona, Dios mío, a estos pecadores ¡¡¡porque no saben lo que hacen!!!”.

Ella salió de mi alcoba para que yo me vistiera, luego de lo cual corrí a mi escritorio para que me explicara semejante notición.

Tartamudeando por su nerviosismo, la cholita cochabambina me explicó que el presidente de la Cámara de Diputados, el señor Marcelo Elío, había manifestado que los obispos y arzobispos que conforman el Episcopado boliviano y dirigen la Iglesia católica en nuestro país, deberían ser nacidos en tierra boliviana.

Quedé absorto ante la información y dije a mi comadre que los bolivianos nos encontramos en el dintel de un hecho histórico que marcaría el hecho más universal que sería ejecutado por nuestro presidente vitalicio Evo Morales, pues la nacionalización de los obispos pondría fin al gobierno universal del Pontífice Romano sobre las comunidades católicas que existen repartidas por todo el mundo y Evo Morales llegaría a ser considerado un nuevo Lutero aparecido en el siglo veintiuno en la aldea altiplánica de Orinoca, muy cerca de la ciudad de Oruro, departamento al que representa precisamente el revolucionario senador Elío, autor del lío.

La cholita cochabambina que tiene muy buena memoria histórica me recitó en tono admirativo: “Paz Estenssoro y Juan Lechín nacionalizaron las minas; Ñuflo Chávez Ortiz nacionalizó los fundos agrarios; Fernando Diez de Medina nacionalizó la educación; Evo Morales nacionalizó el petróleo, aunque los gringos continúan trabajando y ahora aparece el gran senador Marcelo Elío que ¡¡¡nacionalizará a los obispos y arzobispos que gobernaban la Iglesia Católica en Bolivia por designación del Pontífice de Roma!!!”.

Ya un poco más serenados ante la sensacional noticia, la periodista de Quillacollo y su anciano descubridor, conversamos acerca de algunos detalles operativos de la ceremonia de la nacionalización de los obispos, que se celebraría próximamente si es que el presidente vitalicio Evo apoya la revolucionaria idea del presidente de los Diputados, el ya famoso mundialmente Marcelo Elío.