Evo (presidente) y Álvaro (Vice) han sido reelectos ¿y ahora qué?, pues que deben ser consecuentes con sus postulados del “vivir bien” que los bolivianos seguimos esperando desde hace nueve años, ¿lo podrán hacer? Los enconos coloniales entre ellos no permiten esta “ilusión”. De inicio Nélida Sifuentes y Víctor Morales de la Comisión política y de economía del MAS critican a los parlamentarios reelectos acusándolos de que “no hicieron campaña y se beneficiaron de la imagen de Evo, es más, el 100 por 100 le deben el cargo a nuestro líder” (la pregunta es ¿ideológicamente están con el MAS?). Estos enconos denotan hegemonía confusa, de hecho no será novedad que a pesar de los 2/3 en el Legislativo, se advierta un “canibalismo político” que genere ingobernabilidad al régimen.
El Vice se solaza con el triunfo (electoral) y destaca una “hegemonía”. La victoria, dice, logró la “desaparición” política de la media luna, “un proyecto opositor ultraconservador”, con la acción de la lógica y moral (indígena), “nervio ejecutor” del cambio, que engendró y se tradujo en lo que Antonio Gramsci llama bloque hegemónico. En primera instancia, la línea política de Gramsci se la define en sus posiciones netamente obreras. De hecho, la democracia burguesa del MAS si bien tiene su punto de apoyo en la Asamblea Legislativa, no es de esencia obrera o indígena, aunque creen representar a estos sectores. Hace creer que homologa la lógica y moral (marxista) a los intereses de los sectores empobrecidos. Segundo, la hegemonía se sustenta en los aspectos culturales de la sociedad (llamada “superestructura”, en la metáfora de Marx), desde la cual se puede realizar una acción política y reproducir la hegemonía. ¿El MAS honra la cultura de esta sociedad? No, discrimina.
Tercero, la infraestructura (base real de la sociedad incluye: fuerzas de producción y relaciones sociales de producción) y superestructura (“ideología”, constituida por las instituciones sistemas de ideas, doctrinas y creencias de una sociedad) fortifican lo hegemónico”. ¿Los grupos corporativos cooptados por el MAS reflejan la hegemonía propuesta por Gramsci? Cuarto, el poder es de los explotados, el poder que ostenta el MAS es un poder basado en una “hegemonía” confusa de las nuevas elites dominantes (ahora burguesía emergente), sobre las clases sometidas a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación.
En resumen, el MAS defenestra los valores (marxistas), lo que lo subsume en contradicciones. No admite ninguna “transformación” de la realidad” sino su (mesiánica) “construcción”. Alude a una “economía plural”, cuya dinámica “tonificó” el despilfarro (bonos asistenciales, doble aguinaldo, mega obras para aparentar un vivir bien).
Entonces, sólo queda desvirtuar a Gramsci, con una hegemonía confusa advertida en los acuerdos de “grupos corporativos”: cocaleros; informales; transportistas; mineros cooperativistas; “aristócratas” de la COB; dirigentes de la media luna etc.; hacer creer que se “mutiló” a la derecha travesti”, ¿acaso la misma no es parte de los 2/3 en la Asamblea Legislativa? Hace creer una derrota política e ideológica de opositores a través del constructo de un campo político “bipolar” que anula toda alternativa (¿también lo popular?) empujando a los “políticos” más a la izquierda o más a la derecha para terminar en lo unipolar o centro: el MAS. El Vice concluye con una pregunta obvia ¿cuánto durará lo unipolar? Huelga la respuesta.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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