El Museo del Deporte

Una de las preocupaciones constantes de Rodolfo Aliaga Saravia es lo relativo al “Museo del Deporte” que, según conocen muchos, le costó bastante empeño y dedicación hacerlo realidad. Hablamos de Rodolfo, un icono del basquetbol boliviano, integrante del seleccionado nacional, que brilló en las décadas anteriores, desde que comenzó a descollar en el emblemático paceño Club Ingavi. Este ejemplar deportista fue el impulsor de lo que hoy, de manera deplorable, permanece bajo llave, vale decir “cerrado”, precisamente en las instalaciones del mismo coliseo cerrado de la calle México.

Conversamos con este recordado y experimentado querendón de las actividades musculares, quien no deja de expresar su profunda inquietud por el hecho de que el fruto de tan tesonera labor, desde hace casi cinco años permanezca en el olvido. “Me costó varias gestiones el deambular solicitando que cooperen con esta idea para que donen o regalen implementos deportivos, libros, periódicos, banderines, y otros, destinados a este museo. Al final, después de tanto trabajo, el año 1989 fue inaugurado el mismo en medio de mucha expectativa”, recordó Aliaga.

Notamos en sus ojos cierta tristeza que le hace añorar aquellos años en los que se practicaba deportes sólo “por amor al deporte”. Da cuenta que por el año 1946 se dedicaba al fútbol, y a la vez al basquetbol, en los que no era malo, y por el contrario, era excelente. “Fue por el año 1952 cuando me decidí por el básquet, y todo ante la tajante determinación de mi recordado gran profesor Roberto ‘Negro’ Ayllón, quien me dijo que yo lo haría mejor en esta disciplina, puesto que no podía estar en ambas. En realidad, junto a un grupo de amigos que ya parecíamos una familia comenzamos en el Club Always Ready, y luego estuve en las divisiones inferiores de Ingavi”.

Rodolfo Aliaga, considerado una de las leyendas del basquetbol boliviano, evoca que antes jugaban con la pelota de trapo, más conocida como “tejeta”, y que en sus camisetas blancas, con cualquier material, ponían el nombre del club, en el que no existían, no se pagaba, sueldos o estipendios. Era amor al deporte, suspira. Analiza lo que hoy sucede con el deporte boliviano y llega a la conclusión de que sólo se da un mayor apoyo al fútbol, aunque en estos tiempos asegura que existen bastantes recursos económicos y bien se puede ayudar a todas las disciplinas musculares.

Por supuesto que conoce de administración deportiva, por cuanto en algunas gestiones llegó a ocupar los cargos de Director Nacional y Secretario General de Deportes y Juventudes. Asimismo, el lanzamiento de la Liga Profesional del Básquet, en el país, no escapa a sus apreciaciones, y es puntual al señalar que servirá para estimular la práctica de esta disciplina, aunque existe mayor competitividad y mejores jugadores en las naciones vecinas como Brasil, Argentina, y otras.

También sugiere que debería ser creada la Asociación Universitaria de Basquetbol de La Paz, porque es en las casas superiores de estudio donde existe mucho material humano apto para esta especialidad, y de donde saldrían las futuras selecciones paceñas, e inclusive nacionales, para representar dignamente a Bolivia fuera de nuestras fronteras. Concluye señalando que en el curso de los días venideros hará llegar notas al Ministerio de Deportes y la Gobernación del departamento, a fin de que puedan coadyuvar a la reapertura del Museo del Deporte, donde existen implementos “históricos” de deportistas destacados, tales como los guantes del boxeador Cornelio Yapura, entre otros, siendo además una hemeroteca que tiene ediciones completas de suplementos deportivos, así como infinidad de libros.