Los bolivianos estamos viviendo un desborde de la violencia física y psicológica en contra de las mujeres, adolescentes, niñas(os), nadie atina a explicar esta embestida. ¡Basta de “improvisar!, de pedir “certificado de no agresión contra las mujeres”, leyes (348) sin reglamento y presupuesto, casas de acogida para las víctimas, Fuerzas especializadas de reacción inmediata” con motocicletas; líneas telefónicas “gratuitas” para módulos de la Felcv que no cuentan con recursos y material básicos (papeles, voluntad de policías), donde un examen médico forense procede, en el mejor de los casos, en ocho días (LR, 12/11/14). Es algo muy parecido a la estupidez.
Rolando Villena, defensor del Pueblo dice que El Alto, Cochabamba y Santa Cruz son ciudades (invadidas por migrantes aymaras) donde los feminicidios son entre 20 y 25 y la violencia sexual entre 6 y 8 al día. La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) en lo que va del año atendió 3.200 denuncias, ¿y a cuantas dio solución? El Centro de Información y Desarrollo de la Mujer (Cidem) afirma que de enero a agosto (2014) se registraron 60 feminicidios. ¿Cuántas mujeres, adolescentes, niñas/niños deben morir para que el presidente Evo Morales se conduela e instruya a quien corresponde que cumpla su “rol” ante esta embestida insostenible?
El caso de Analí Huaycho, asesinada con 13 puñaladas después de haber acudido a la policía en varias oportunidades en busca de auxilio, se mantiene en la incertidumbre. María Isabel Pilco, la golpiza durante una semana le generó una hemorragia interna, para después de cuatro días de agonía morir. Un bebé de ocho meses es vejado y muerto. No se sale del asombro, cuando es encontrada otra niña de cuatro años violada y muerta en una laguna de Cochabamba, una anciana es violada por su ex yerno en la misma ciudad; otra mujer es violada en potosí, vejámenes ocurridos en dos días. Todos se rasgan las vestiduras y las autoridades hacen marketing político. ¿En el partido-Estado entienden esto? O ello también está “politizado” (casos Calani, Alcibia, Humana; Surco, etc.). Hacer estadísticas es vano:
¿Qué sucede?, ¿dónde está la causa del problema? Aquí algunas: 1) Una negación culposa y encubridora de autoridades nacionales, departamentales y municipales, cuya negativa por declarar una alerta nacional ante este “desborde” mostrado (por canales de TV) en su mayor crudeza y crueldad (¿se hace rating con el dolor de las mujeres, niñas(os)?), no permite allanar el entuerto. 2) Las “buenas intenciones” al elaborar leyes al calor (subjetivo) de los asesinatos y violaciones, pero sin reglamentos, presupuesto y personal profesional. 3) Inadaptados vistos y escuchados a través de canales de TV permiten colegir su bajo nivel educativo y su precaria escala de valores humanos. 4) Hábitos y prácticas culturales como parte de un imaginario patriarcal y colonial que empoderó a “neo indígenas”, entre ellos a muchos inadaptados, que culturalmente admiten como “normal” esta violencia y para peor son “tolerados” por el Poder patriarcal y colonial. Este Poder “apeló” (políticamente) a un resentimiento (racista), lo que permitió “meterle nomás”, y coincidentemente (muchos de éstos) son de extracción campesina (como clase y cholos culturalmente)” y al parecer no pueden superar su trauma colonial; su resentimiento por haber sido procreados por mujeres nativas, en consecuencia las mujeres (en su mayoría de extracción nativa) son “masacradas”, ¿hasta cuándo?
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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